Todavía con el recuerdo del Sonic Blast 2016 aquí estamos de vuelta con El Bandcamp de la Quincena para traeros a otra banda portuguesa.
Que no os engañe el primer párrafo, no fue ninguna de las bandas presentes en nuestro querido festival de Moledo do Minho de este año, de hecho no tengo siquiera claro si el grupo sigue activo, pero este Beyond The Oblivious Abyss, publicado hace ya un par de años, es un trabajo completo y sólido: un discazo como la copa de un pino.
Una banda que se mueve por el revival del rock duro 60-70’s con elementos psicodélicos, blues, algún guiño progresivo y alguna parte que hasta podría pasar por grunge (ma non troppo). Y es que su sonido podría alinearse muy facilmente en la onda de bandas como Wight, Cachemira o Radio Moscow. Una banda que bebe de fuentes como Cream, Uriah Heep, Jimi Hendrix o Led Zeppelin, pero que parece que tampoco hace ascos a los 90, al lado más rockero de Soundgarden o Stone Temple Pilots y hasta, seguramente por la percusión, me traen a veces un aroma a algo de Santana.
El trabajo tiene dos partes bien diferenciadas: Una primera mitad conformada por cuatro canciones independientes y una segunda donde tenemos cinco pistas que realmente conforman un solo tema llamado Wasted Dreams of Red Flowers y que, si bien pueden ser tomados como piezas independientes, se disfrutan en su plenitud si se escuchan como si fueran uno solo.
La adición de diversos instrumentos de percusión y de gran variedad de electrónica analógica y diversos tipos de teclado confiere al sonido unas atmósferas muy densas y una variedad y color en sus melodías más que interesante. Por otra parte la producción, el uso de afinaciones graves, las distorsiones con mayor compresión o las líneas vocales con ese deje arrastrado y como desganado en las partes más melódicas, tan propio de cantantes de los 90, hace que la banda suene como algo mas que un grupo revival sesentero.
Estos lisboetas presentan un más que interesante sonido entre el protometal y el stoner que en este Beyond the Oblivious Abyss nos regala momentos de gran brillantez y frescura dentro de su reivindicación setentera. Riffs cargados de fuzz acompañando a ritmos woodstockianos envueltos en mantos de órgano y moog. Una pieza que degustar acompañada de una buena birrita.