¿Cómo funciona el terror en la ficción?

El terror siempre ha sido «mi género» a la hora de escribir, herencia de mi abuela que hablando de cine siempre decía que le gustaban «las de miedo o de asesinatos«, siendo gran fan de las «Historias Para No Dormir» de Chicho Ibáñez Serrador o de la mítica serie de «Alfred Hitchcock Presenta» . Ella había descubierto a Edgar Allan Poe a través de aquellas series de televisión y me transmitió su pasión por el desdichado escritor bostoniano. Empecé a leer a Poe durante un apagón en agosto de 1997 (en los 90 era habitual que se fuera la luz varias horas durante las tormentas, al menos en mi pueblo), un par de años después ya en el instituto me obsesionaría con Lovecraft, y en medio me había enganchado a Drácula ya que me coincidió el centenario de la novela con nuevo interés por las historias de terror. Lo intenté después con Stephen King pero no logré pillarle el gusto, vi las películas que se consideraban clásicos esenciales y el punto de no retorno ya serían las antologías de tebeos cortos de la EC ,que por aquel entonces recopilaba Planeta en su «Biblioteca de Cómics de Terror» , seguido por el descubrimiento de los de la Warren y, como no, las de los grandes autores españoles de los 70-80 que publicaban en la versión española de Creepy, u otras como Vampus, Morbo, Dossier Negro o Zona84, viejas revistas que conseguía a través de conocidos de más edad. En ese punto no había vuelta atrás, ya estaba condenado a ser un amante de las historias malrolleras de por vida.

Estoy intentando no usar el término «consumidor» para referirme a las personas que disfrutan de una obra en cualquier formato, pero por otra parte aquí hablo de terror en cualquier forma narrativa, así que podemos tener a lectores de libros o cómics, a oyentes de una ficción en audio, a jugadores de un videojuego o a espectadores de una película o serie, incluso a un grupo de personas sentadas junto a una chimenea compartiendo historias de miedo, por lo que usaré de forma genérica el sustantivo «receptora» durante el texto para referirme a estar personas.

Según su temática existen diversos subgéneros de terror, no son una cantidad fija y variarán dependiendo a quién preguntemos y qué criterio use esta persona para delimitarlos. Yo personalmente suelo dividir el terror en tres categorías en base a lo que se intenta hacer sentir a la persona receptora de la obra:

  • Terror Puro: Cuando la intención de la obra es causar miedo, inquietud o repulsión en la receptora.
  • Terror Erótico: En este caso la historia busca la excitación sexual de la receptora utilizando elementos de terror para conseguirlo. Aunque pueda soñar extraño el miedo y la excitación solo están separados por una fina línea, y tenemos por ejemplo docenas de historias de vampiros que explotan esta idea.
  • Terror como contexto: Aquí metería las historias que tienen elementos propios del terror, como monstruos, asesinos en serie, entornos hostiles… pero la narración no busca el miedo, sino tratar otros temas en un contexto de terror, como aventuras, romance, acción, etc. Pondré un par de ejemplos: los tebeos de Hellboy en su mayoría son aventuras pulp pero con monstruos y demonios, o la película sueca Låt den rätte komma in (en castellano Déjame Entrar), un drama que toca temas como el bullying o el primer amor pre-adolescente, pero también con elementos de cuentos de vampiros. Si bien es una etiqueta que en principio aplico a obras individualmente hay subgéneros enteros, como el dark fantasy o el dark romance, que encajarían ya en esta etiqueta. Incluso incluiría las parodias de obras de terror en este subgrupo, ya que buscan la hilaridad a través de la caricatura del género.

Más allá de la intención de la obra también nos preguntamos ¿Cómo se construye el terror? ¿Qué es lo que nos da miedo? Creo que cada género tiene sus ideas centrales, sus temas universales, sus personajes arquetípicos, elementos que conforman el «mecanismo» que hace que esa obra funcione y consiga su objetivo. Hay quien dice de forma tópica que «la risa es el lenguaje más universal» pero yo disiento completamente, para mí el drama es el lenguaje más universal, todos los dramas que he visto al final siempre orbitan alrededor de la misma idea: la pérdida, independientemente de la cultura en la que surja la obra, todas las tragedias hablan de pérdida. El humor en cambio creo que es algo que puede construirse de muchas maneras, pero que depende tanto de elementos culturales (idioma, clase social, edad, nación, ideología, cosmovisión, referentes cinematográficos o literarios…) que lo que a una persona le resulta hilarante a otra le puede resultar insulso o incluso ofensivo. El historiador italiano Carlo Maria Cipolla hacía un análisis del «humorismo» en el prólogo de su ensayo «Allegro Ma Non Troppo» en el que lo explica bastante mejor de lo que yo podría hacerlo.

Volvamos ahora al terror y a la pregunta de antes ¿cuales son esos «mecanismos» para construir terror? El miedo proviene de introducir en la receptora la idea de una amenaza que le genere una sensación de inseguridad. Yo agrupo las distintas narrativas de terror en cinco grandes bloques temáticos:

  • No estás solo, cuando deberías estarlo: Tradicionalmente suele pensarse que estar «solo en la oscuridad» es un elemento clásico del terror, pero realmente no tememos estar solos en la oscuridad sino el no estarlo, el miedo es que en esa «oscuridad» haya «algo». La idea de que un espacio que debería ser seguro esté invadido por un ente/criatura/persona con intenciones potencialmente malas abarca desde el tradicional cuento de fantasmas hasta al asesino dentro de la casa de Scream, incluso Freddy Krueger irrumpiendo en los sueños de su víctima.
  • Tu cuerpo ya no es «tu cuerpo»: La modificación corporal indeseada o la pérdida de control sobre el propio cuerpo es uno de los grandes temas del terror, un tema presente en la narrativa desde la antigüedad clásica mediterránea. Podemos trazar una línea que una a la Gorgona que petrifica a quien la mira o a ciertas maldiciones de los dioses olímpicos que convertían a humanos en árboles o animales y llegar al body horror o a la New-Flesh de Cronemberg, al final todo gira en torno a la modificación indeseada del cuerpo humano. Aunque también metería en esta categoría la pérdida de control sobre el cuerpo: las historias de licántropos y otros «hombres-bestia» existentes en diversas culturas que acabaron inspirando la dualidad entre Jeckyll/Hyde en la famosa novela de Stevenson, las posesiones demoníacas en las que un espíritu malvado toma el control de un cuerpo humano o las historias en las que una mente-colmena controla a una población.
  • Te arrolla un poder casi infinito: El subgénero del «horror cosmico» gira en torno a este concepto, pero no nos quedemos solo en los monstruos extradimensionales de la literatura de Lovecraft, esta idea puede aplicarse a muchos otros contextos como una invasión alienígena, una infestación zombie, un desconocido virus incurable que se contagia con facilidad, una maldición que libera el Infierno en la Tierra, una rebelión de máquinas asesinas, todo el aparato represivo de una dictadura despótica o incluso la extrema desigualdad creada por unos mercados económicos sin controles ni frenos. Aquí el terror reside en la enormidad de la amenaza, que hace que el personaje amenazado se sienta minúsculo, ínfimo. En este contexto es posible incluso que la amenaza ignore la existencia del protagonista, es simplemente una fuerza que arrasa con todo a su paso.
  • El entorno quiere matarte: En muchas narrativas el peligro no está representado por un ente individual, sino por el entorno que rodea a los protagonistas, el lugar en el que están: una naturaleza hostil, un clima extremo, una serie de defensas tecnológicas mortales, una oscura cultura olvidada… Por ejemplo, una situación clásica dentro del subgénero del folk-horror es que todo un pueblo quiera sacrificar a algún protagonista en un ritual.
  • La inevitabilidad de una situación de peligro: Similar a la cuestión del poder infinito, por la impotencia del personaje ante un peligro que le amenaza, aunque en este caso no se trate de una fuerza imparable sino simplemente de una situación en la que no tiene el control. El mayor miedo de mi abuela era ser enterrada viva, un caso similar en la literatura lo tendríamos por ejemplo en El Barril de Amontillado o en El Pozo y el Péndulo, ambos de Poe, donde sus protagonistas están atrapados frente a un peligro mortal pero no tienen forma de huir.

Finalmente también apuntaría en que, como en cualquier narrativa, el estilo y la estética tienen gran importancia. Para funcionar correctamente una narrativa requiere tanto de forma como de fondo, y con esto no me refiero solo a los medios técnicos (el reparto, iluminación, maquillaje o efectos especiales en una película, el sonido ambiente y la modulación de la voz de una ficción sonora, la precisión del trazo del dibujante en un cómic) sino también a la propia estructura de la narración, el tono de la historia, el ritmo que imponemos al contarla, el lenguaje visual en caso de obras visuales y las imágenes que podamos evocar en la mente de la receptora en las no visuales… todo esto será fundamental para conseguir el éxito de la obra, para construir esas ideas que provoquen las sensaciones deseadas en la receptora.

En fin, no soy un teórico ni un experto, es posible que haya soltado un montón de cuñadeces en este texto, si os ha parecido interesante me doy por satisfecho, y si os ha parecido una burrada pues siempre podéis ponerme a parir en los comentarios.

¡Un saludo chavalada!

¿Resurrección?

Llevaba desde enero sin escribir, y la verdad es que no creo que la última publicación de blog pueda considerarse «escribir» como tal, ya que simplemente había pegado un enlace a una publicación en Instagram. La verdad es que estaba un poco perdido ¿Qué escribir aquí? De tebeos ya hablo en mis vídeos de Instagram, y parece que la gente prefiere verlo allí que leerlo aquí. De música hace tiempo que dejé de escribir, tampoco parece que haya mucha gente interesada en leer sobre ese tema en un mundo en el que puedes escuchar gratis casi cualquier disco en una plataforma, que además cuentan con algoritmos que te hacen recomendaciones en base a tus escuchas previas (claro que habría que ver cómo de neutrales son esos algoritmos y qué intereses puede haber en sesgarlos). Sobre temas relacionados con la informática, el campo profesional con el que me gano la vida, tampoco hay mucho que rascar ya: StackOverflow en Español me quitó muchas visitas, y las IA’s basadas en modelos de lenguaje se comieron otro tanto (habría que ver la calidad de las respuesta, pero en fin, el usuario sabrá… y ya verá qué hacer cuando no funcione un código que le ha regurgitado tres soluciones mezcladas sin criterio).

En fin, que no sabía muy bien sobre qué escribir, o sobre qué puede resultar interesante, así que me voy a centrar también en hablar de tebeos, pero aquí os voy a hablar sobre mi faceta como aspirante a guionista. Digo aspirante porque decir guionista, a día de hoy, me parece pretencioso, ya que a fin de cuentas no he publicado nada desde que estaba en el instituto, y de aquellos fanzines hace más de 20 años. El año pasado presenté un tebeo cortito para un concurso dibujado por una amiga, pero no fuimos seleccionados y ahora estoy en la búsqueda de colaboradores. Os lo iré contando poco a poco, pero de momento por aquí empiezo, por redefinir de nuevo este blog, que lleva 14 años muriendo y resucitando. No creo que vuelvan los días de gloria de tener 2000 visitas al día, pero creo que vale la pena intentarlo, al menos para incluir un poco de contenido «real» en este internet que cada día la «teoría del internet muerto» parezca menos conspirativa y más real.

Seis tebeos para leer, comprar o regalar el próximo Día del Cómic.

Desde 2021 el 17 del marzo, coincidiendo con la fecha del lanzamiento del primer número de la histórica revista TBO, conmemoramos el Día del Cómic, lo que me da una excusa para venir aquí a recomendaros algunos tebeos de factura estatal por si os apetece compraros algo para leer y celebrar la efeméride (quien dice comprar dice bajar a la biblioteca, que no siempre se disponen de ingresos para darse placeres, claro). La selección que he hecho este año, la verdad, me ha quedado un pelín escorada hacia la línea más experimental del medio, no fue algo pretendido sino más bien coincidencia. Como lector tengo gustos bastante amplios («omnívoro» me llamó mi librero de confianza hace poco), pero estos suelen ir por rachas. Igual me tiro dos meses leyendo terror, que me paso un semestre en el género superheroico o varias semanas rollito franco-belga, y la verdad es que los últimos meses me ha dado por tebeos más experimentales, densos. Casi todas las obras son bastante recientes, tampoco fue algo buscado tipo voy a hacer «lo mejor del 2023» sino que ha coincidido así. En fin, espero lograr que os pique la curiosidad y que os acerquéis a leer algo de esta selección:

La Alegre Vida del Triste Perro Cornelius es el último tebeo que he leído justo antes de escribir esta entrada. Cuando llevaba solo cuarenta páginas ya estaba convencido de que tenía que hablaros de  esta obra de Marc Torices que editó Apa Apa Comics en 2023, todavía no había decidido escribir esto pero ya sabía que tendría en algún momento de los próximos meses la excusa para daros la turra. Gráficamente este tebeo es apabullante, el autor en cada capítulo juega con distintos estilos visuales, que a ratos te puede recordar al tebeo underground americano, en otros a las tiras de prensa, tiene momentos muy a lo Chris Ware y en otros parece una página de la vieja revista TBO, un poco como en Las Aventuras de Joselito de José Pablo García, si bien en el caso de Torices va más allá de una simple demostración de versatilidad y abierto homenaje a ciertos autores, y estos cambios en el dibujo nos permiten también separar e identificar distintas líneas narrativas dentro de la historia. En cualquier caso, quedarse solo en la apabullante estética de este tebeo sería un error, lo de Torices no es un ejercicio de estilo reluciente por fuera pero vacío por dentro, sino que nos va presentando la historia de un perdedor que sigue soñando con la grandeza a pesar de las hostias de la vida, pero con el que a su vez no acabaremos de empatizar por ciertos hechos resultado de su falta de madurez, egoísmo y absoluta inutilidad, que no desvelaré para no arruinar la experiencia al lector. Un cómic que combina también distintos recursos humorísticos, en los que el humor trágico se da la mano con el humor negro y el humor absurdo, a ratos Ricky Gervais y a otros Faemino y Cansado, seguramente estemos viendo al animal antropomórfico más desgraciado desde Bojack Horseman. Diría que es de lo mejor que he leído en 2023… pero realmente ya lo he leído en 2024, en cualquier caso, lo recomiendo tanto a los amantes del rollito underground como a los estetas.

Imagen promocional con dos páginas de La Alegre Vida del Triste Perro Cornelius, de Marc Torices.

Por Culpa de una Flor, para muchos el mejor tebeo publicado en España en 2023, una obra de arte firmada por la gran María Medem y editada en una colaboración entre Blackie Books y Apa Apa Cómics. Se trata de un tebeo denso, con muchas posibles interpretaciones y capas de lectura, un tebeo muy poético cargado de metáforas visuales, de profunda sensibilidad, gráficamente impecable, presenta unas composiciones de página audeces y arriesgadas, trufadas de unas paletas cromáticas muy hermosas. ¿La sinopsis? Pues es como si me preguntas de qué va Rayuela de Julio Cortázar, no sabría decírtelo. La historia gira alrededor de la protagonista Antonia y del entorno natural que la rodea, un pueblo de la llamada España Vacía o Vaciada ¿y qué pasa? Pues pasa la vida, una vida en la que a veces no pasa nada porque estás en uno de esos lugares en los que nunca pasa nada, pero a veces ocurren millones de pequeñas cosas porque si nos paramos a mirar lo que nos rodea podemos ver como el universo sigue girando, es un tebeo de sensaciones, de atmósferas, de estados de ánimo, de ideas que flotan y que puedes compartir o repudiar, hasta de flamenco psicodélico al más puro estilo de los Smash si me apuras ¿Qué quieres que te diga? No te lo podría resumir bien, podría contarte algunos detalles picados de una viñeta u otra y construir un relato, un esbozo que no reflejará la compleja realidad de esta obra ni de lejos. Lo mejor es que la leas, que te enfrentes a esta obra de Medem porque seguramente a la vez te enfrentará a tus propias preocupaciones y demonios, o tal vez no, es una obra que juega mucho con la experimentación narrativa, si no es lo tuyo seguramente te resulte pesada, pero si compras su propuesta y te sumerges en ella disfrutarás de un universo apasionante.

Portada y contra de Por Culpa de Una Flor, de María Medem

Hasta la última página no entendí el título de Fuego de Bengala, el tebeo que marca el regreso de David Sánchez a este medio y que editó Astiberri a mediados de 2023. Partimos aquí de una historia aparentemente sencilla, con un planteamiento y un escenario propios de un videojuego, con un personaje ataviado con un peculiar atuendo buscando la salida al “próximo nivel”, con referencias visuales a algunos clásicos de las consolas de nuestra infancia, al mundo de los 8 bits, al Super Mario Bros y al Duck Hunt que venían con la NES. A partir de ese punto de partida que parece muy simple, David construye una extraña historia surrealista, que a ratos parece describirnos un bucle infinito, en la mejor tradición del cine de David Lynch o de los tebeos del Moebius más experimental, usando su dibujo de trazo limpio y fino y un coloreado plano para desafiar los límites narrativos del cómic. Al final tenemos una parábola existencialista mezclada con un tebeo de aventuras y ciencia ficción, con un planteamiento que bebe de lo experimental y lo surrealista, combinando nostalgia y cultura pop con atrevida innovación.

Viñetas de Fuego de Bengala

Tótem es una absoluta pieza maestra que Laura Pérez nos trajo allá por 2021, edita también Astiberri que aparte de la edición en papel ofrece una digital por un precio más ajustado. Nos encontramos con un tebeo profundo cuyo guion entrelaza varias historias en las que lo real y lo imaginario se mezclan con absoluta normalidad, distintos personajes, distintos paisajes, distintas épocas que finalmente se acaban uniendo, realismo mágico de la mejor cosecha que no tiene nada que envidiar, por ejemplo, al Palomar de Beto Hernández, pero también con un toque romántico y gótico. Una obra con un dibujo superlativo, de trazo fino y elegante, con rostros expresivos sin recurrir a la caricatura. Laura es una autora a la que le gusta expresar mucho a través del dibujo, nos ofrece aquí muchas viñetas sin texto que ayudan a crear una atmósfera con un ritmo pausado, que dejan que el ojo del lector vagabundee por la página, también juega con el color como elemento narrativo utilizando distintas paletas para diferenciar tiempos dentro de la obra, un poco al estilo de lo que hizo Jul Maroh en El Azul es un Color Cálido. Una novela gráfica deliciosa, melancólica, oscura y bella.

Página de Totem, de Laura Pérez

La sensación al leer El Abismo del Olvido, el último tebeo de Paco Roca en el que ha contado con la colaboración del periodista Rodrigo Terrasa, es la de sentir constantes escalofríos, es la de tener un nudo en el estómago ¿por qué? Pues porque lo que nos cuentan es real, las tragedias que nos retratan ocurrieron y muchas de esas luchas se siguen peleando día a día. Seguro que ahora vendrá algún tontaina a decir “¿Un tebeo sobre la Guerra Civil? Qué original, en España siempre con lo mismo, blah blah blah blah blah, enfermera me he vuelto a cagar encima”, vale, niño, muy bien, ya te vimos, ale vuélvete a ver vídeos de cryptobros explicándote textos estoicos y deja ya de joder con la pelota. Sí, es un tebeo sobre la Guerra Civil, sobre la represión franquista, sobre la lucha de las personas que siguen intentando desenterrar a sus padres o abuelos, padres y abuelos que fueron lanzados a fosas comunes, es un tebeo para recordar la infamia que en 2013 cometió M. Rajoy quitándoles los fondos, un tebeo para lanzar con certeza a la cabeza a aquel despreciable político cuyo nombre no citaré que definió la Ley de Memoria Democrática como “Memez Histórica”. ¿Necesario? Desgraciadamente sí, todavía muy necesario, de hecho cada día más necesario viendo los aciagos tiempos que corren. Paco Roca es uno de los referentes del tebeo español actual, con un estilo muy clásico heredero de la tradición del tebeo francés. Desde el éxito de su novela gráfica Arrugas allá por 2007, todas sus obras han sido aplaudidas por la crítica y premiadas por el público con buenas ventas, de hecho esta misma agotó su primera edición de 40.000 ejemplares en menos de un mes, así que si no conocéis todavía el trabajo de uno de los más grandes del panorama estatal actual, este es el momento.

Página de El Abismo del Olvido

Voy a cerrar la lista con un clásico, Trazo de Tiza del gran Miguelanxo Prado, aunque va con un poco de trampa porque el año pasado Norma lanzó una reedición de lujo, con un tamaño bastante grande y un montón de material extra, para celebrar el 30 aniversario de la publicación de la que sigue siendo la obra más premiada de Prado: se llevó el gran premio de Angulema (recordemos que ya era el segundo para Miguelanxo, que pocas personas lo han ganado dos veces y que ninguna lo ha ganado más de dos), el gran premio del Saló de Barcelona (en aquel entonces el premio más prestigioso de España ya que aún no existía el Premio Nacional), varios premios más en festivales de media Europa y fue nominado tanto al Eisner como al Harvey en los EEUU. Aquí Prado se lanza al realismo mágico para presentarnos a varios personajes en una isla apartada, haciéndonos testigos de una sucesión de hechos que, cuando lleguemos al final, podremos interpretar de varias maneras, dejando la interpretación de los mismos a la imaginación de quien lo esté leyendo, y esta imaginativa historia en la que lo real y lo imposible bailan al ritmo que marca el maestro nos es presentada a través de un dibujo sublime, una obra pictórica de gran nivel. ¿Es Trazo de Tiza el mejor cómic que se haya hecho en Galicia? No lo afirmaría tajantemente, pero desde luego que no le quitaré la razón a quien lo crea, aunque muchos no quieran admitirlo Prado es un grande a nivel internacional.

Trazo de Tiza, de Miguelanxo Prado

Siete películas que puede que no sepas que están inspiradas en tebeos

Que el noveno arte ha sido fuente de inspiración para el séptimo ha sido algo muy evidente en los últimos años, saturados de películas de superhéroes de Marvel y DC. Hoy no voy a hablar de eso, hoy voy a hablar de películas que adaptan tebeos pero que mucha gente desconoce que realmente vienen de las viñetas, ya que hace unos meses Netflix estrenó El Asesino, una película protagonizada por Michael Fassbender y dirigida por David Fincher de la que casi no se comentó que adaptaba un tebeo de los franceses Matz y Luc Jacamon. Y es que todo el mundo, o al menos un enorme porcentaje del público, sabe que Batman, Superman, Spiderman o el Capitán América nacieron en las viñetas, pero no son pocas las películas exitosas que también han salido del arte secuencial sin que la mayoría de los espectadores se hayan enterado:

La Vida de Adéle fue todo un éxito hace una década, la película francesa que arrasaba en salas comerciales por toda Europa, que descubría a Adèle Exarchopoulos y que confirmaba a Léa Seydoux como una estrella, la película de temática LGBTQ del año y para mucha gente la mejor de la década de los 2010. Y ahora pregunto ¿Cuánta de esa gente que disfrutó de la película sabía que era una adaptación de la novela gráfica El Azul es un color Cálido, de Jul Maroh? Una obra también notable y que no tardó en llevarse al cine, ya que se publicó en Francia en 2010, llevándose el premio del público en el prestigioso festival de Angulema. Un tebeo de estilo realista que juega inteligentemente con el color para diferenciar dos líneas temporales, con un guion que no busca la autocomplacencia sino la reflexión del lector, meterse en su cabeza para rascarle las tripas y el corazón a través de una historia de despertar sexual, de inseguridades, dudas y autodescubrimiento con, según dicen, algo de tebeo biográfico.

El Azul es un color Cálido

Una historia de Violencia fue un gran éxito del legendario director David Cronenberg, con un reparto muy poderoso con nombres tremendos: Viggo Mortensen, Ed Harris, Maria Bello, William Hurt… ojito a ese elenco, que está la cremita de Hollywood. Una película que arrasó en los principales festivales canadienses del 2006 e incluso tuvo opciones en los más gordos: dos nominaciones a los Oscar, dos a los Globos de Oro y una a los BAFTA, no se llevó ninguno pero ahí estuvo. Lo que mucha gente ignoró es que las nominaciones a Mejor Guion Adaptada lo fueron porque adaptaba un tremendo tebeazo que fue editado en 1997 por DC a través del sello Vertigo, en el que salían sus obras más independientes. Un tebeo que contó con guión de nada menos que John Wagner (el padre de dos iconos de la revista 2000AD como fueron Juez Dredd y Perro de Estroncio allá por finales de los 70) y los lápices y tintas de Vince Locke (que había trabajado en la mítica serie de horror Deadworld, en la revolucionaria Sandman y que en la escena metalera es muy querido por sus portadas para Cannibal Corpse que fueron censuradas en varios países). El estilo de dibujo en blanco y negro, con pocas sombras y un trazo extremadamente sucio es el apoyo visual perfecto para la violencia de un guion que hace honor a su título, si bien el tebeo difiere en bastantes puntos de la película una vez se cierra el primer acto, se explaya más en explicar el pasado de los personajes (casi un tercio de la obra dedicado a algo que en la película se despacha en una conversación cortita) e incluye algunos detalles de violencia extrema que funcionan bien en viñeta pero creo que en pantalla no lo harían. En cualquier caso, a pesar de esos detalles en la forma ambas obras desprenden el mismo espíritu y concepto, centrándose en la crudeza de la violencia y en la idea de no poder huir del pasado.

Una Historia de Violencia

Los 90 fueron la década en la que los estudios de Hollywood se aficionaron a comprar los derechos de tebeos indie para luego sacar cosas que no tenían ninguna relación con el tono de la obra original. Hubo sobrados ejemplos como Las Tortugas Ninja, La Máscara, El Monje, Mystery Men o la que ahora nos ocupa: Men in Black. Olvídate de extraterrestres de aspecto cómico, héroes abnegados que defienden la tierra de invasiones exteriores y cualquier tipo de buen rollo, pues los tebeos originales que publicó Aircel Comics con el título de The Men in Black, con guiones de Lowell Cunningham y dibujo de Sandy Carruthers, la cosa era tan oscura como los ternos de los protagonistas. En sobrio blanco y negro estos agentes recurrían a la violencia, intimidación y cualquier medio a su alcance por ilegal que fuese para mantener diversos misterios y conspiraciones alejados del ojo público y, de paso, para ir modelando el mundo a su gusto (o al gusto de sus oscuros superiores), enfrentando no solo invasiones alienígenas sino también magia negra, demonios, sociedades ocultas o sectas, en una aproximación más cercana a lo más lúgubre de Expediente X que a lo que sería la colorida franquicia cinematográfica derivada de estos tebeos. La editorial que lo sacó originalmente fue comprada por Malibu Comics que poco después sería fagocitada por Marvel, así que hoy por hoy no sé cómo está el tema de posibles reediciones, de hecho no tengo claro si esto se ha editado en España, yo lo leí en una edición latinoamericana.

MIB

El manual del buen gótico de los 90 incluía ver El Cuervo y menearse bajo luz ultravioleta a ritmo del Burn de The Cure en el bar con menos ventanas de su localidad. La película que lanzó a la fama al director Alex Proyas y en la que Brandon Lee encontró la muerte tras un fatídico accidente se basaba en un tebeo muy peculiar, uno que en su momento llegó a ser el cómic independiente en blanco y negro más vendido de la historia. La miniserie original de James O’Barr, en la que se nos presenta al personaje y en la que se inspiró la película, se publicó dividida en cuatro números entre 1989 y 1990, pero el autor estuvo trabajando en ella durante casi 10 años como una forma de aliviar el duelo por la muerte de su pareja. Hay que recalcar que O’Barr no era un profesional del medio cuando comenzó El Cuervo, hacía el tebeo en su tiempo libre mientras tenía otros trabajos (dependiente, mecánico, incluso militar destinado en Alemania) y por lo dilatado del tiempo que necesitó para completarlo se puede apreciar la evolución de su técnica a lo largo de la obra, en la que encontramos páginas con un dibujo muy sucio y underground y otras con un estilo mucho más fino y pulido (esto además no es lineal dado que a veces el autor volvía atrás y redibujaba alguna página, con lo que en ocasiones el salto estilístico resulta muy brusco). Una historia de venganza de ultratumba oscura, un ejercicio de estética genial y el nacimiento de un personaje icónico, no se le puede pedir mucho más a un tebeo debut.

El Cuervo

Seguramente Park Chan-wook sea mi director de cine surcoreano favorito, y seguramente su Trilogía de la Venganza contenga sus obras más famosas, tres películas que giran en torno al tema de la venganza y sus consecuencias de las que la más popular fue la segunda: Old Boy. Un fenómeno del cine independiente hace 20 años, arrasó en Cannes, arrasó en Sitges, le permitió al director recuperarse del palazo económico que había supuesto el naufragio en taquilla de la primera película de la saga (Sympathy for Mr. Vengeance, que tras el éxito de Old Boy sería reestrenada y recaudaría mucho más que con su lanzamiento original) y le dio el crédito suficiente para completar la trilogía. La película nos muestra uno de los planes de venganza más absurdamente complejos y retorcidos que se hayan visto en la ficción, casi dejando al Conde de Montecristo en un mero aficionado. Lógicamente si está en esta lista es porque antes hubo una versión en viñetas, en este caso un manga escrito por Garon Tsuchiya e ilustrado por Nobuaki Minegishi, quienes nos presentaban una historia con más violencia y sangre pero a su vez con una venganza un poco menos retorcida dado que el tema más espinoso del film (no digo cual para no hacer spoilers, pero si la viste ya sabes de qué hablo) no se tocaba en el tebeo. Existe una segunda adaptación realizada por Spike Lee para el mercado americano que toma cosas de la película coreana y cosas del manga, y lo mezcla todo en una versión que carece de la brutalidad del manga y de la sordidez retorcida de la película de Park, podéis verla por completismo pero yo personalmente no la recomiendo.

Old Boy

Seguimos por Corea y vamos con otro de sus directores más famosos fuera de sus fronteras y más premiados. Antes de ganar el Oscar y la Palma de Oro con su éxito Parásitos , Bong Joon-ho había llevado al cine la BD francesa Le Transperceneige con el título de Snowpiercer, su película más occidental y un éxito comercial en medio planeta que contaba con actorazos de talla legendaria como Tilda Swinton, John Hurt, Octavia Spencer  o Ed Harris. Lo que muchos no sabían es que las raíces de esta historia post-apocalíptica sobre desigualdad y control social las plantaron Jacques Lob y Jean-Marc Rochette en 1982 con Le Transperceneige, un álbum que además daría inicio a una saga aunque tardaría 17 años en tener continuación, ya con Benjamin Legrand sustituyendo a Lob, que había fallecido en 1990, una saga continuada por un par de álbumes y cuyo concepto sería fusilado en multitud de ocasiones posteriormente (El Hoyo cof cof cof). El éxito de Parásitos en 2019 reactivó el interés en la cinta de Joon-ho y llevó a que Netflix produjese una serie ampliando la historia, tomando algunos elementos también de las secuelas del tebeo.

Snowpiercer

Acabamos el listado con Camino a la Perdición, película de Sam Mendes que principalmente es recordada porque fue la última producción para la gran pantalla en la que pudimos ver al titánico Paul Newman, acompañado de mi archienemigo Tom Hanks y de un Daniel Craig al que le faltaban unos años para ser James Bond. Se llevó un Oscar, dos Saturn y dos BAFTA además unos buenos milloncejos en taquilla, pero como en muchos casos anteriores no trascendió entre el gran público que esta historia venía del mundo de las viñetas. Fueron Richard Piers Ryaner y Max Allan Collins los responsables del primer volumen de esta serie sobre la mafia irlandesa en los años de la Gran Depresión, de esta historia familiar de violencia y venganza que acaba derivando en una huida que a la vez es un viaje iniciático con muchas penurias y poca épica. Dicha obra después tendría un par de secuelas en cómic y otro par en forma de novela en prosa, también hubo rumores de una segunda película dirigida por el propio Allan Collins (que en principio adaptaría la trilogía que conforma On The Road to Perdition, dibujada por José Luis García López y en la que Collins no había participado como guionista)

Road to Perdition

Siete tebeos que regalar (o autorregalarse) estas navidades

Ya sabéis que últimamente no escribo mucho por aquí y cuando lo hago siempre es sobre tebeos, porque el ChatGPT ha jubilado lo de dar consejos sobre tecnología (aunque luego a algunos la consulta SQL o la expresión regular les explote en la cara). Si la anterior entrada fueron tebeos halloweenescos y la previa habían sido tebeos para conocerme mejor, en esta entrada voy a recomendar algunos con vistas al mercado navideño, intentando ser variado para que tengáis donde elegir a la hora de hacer regalos (o a la hora de daros un capricho).

Murder Falcon: Empezamos con el cómic que más he releído este año (en dura pugna con TMNT: The Last Ronin), una carta de amor al género de los kaiju japoneses y al heavy metal firmada por el genial Daniel Warren Johnson, con un color tremendamente currado a cargo de Mike Spicer. El dibujo de trazo sucio y tremenda cinética de Johnson es genial para conjugar acrobáticos mamporros marciales con la sensación de velocidad de un buen solo metalero a base de sweep-picking y tapping. Una historia que en principio nos promete una macarrada divertida con monstruos pegándose a ritmo de Racer X y que acaba deslizándonos entre medias un drama y una historia agridulce sobre la aceptación de la mortalidad que nos encoge el corazón y nos llena de agua los ojos. El final me ha tocado la fibra como pocos tebeos lo han hecho, no cuento más para no hacer spoilers. Creo que el punto negativo, por buscarle uno, es que para un lector que no esté apegado a la subcultura del heavy metal algunas partes y algunas referencias pueden no funcionar tan bien a nivel de conexión emocional, pero es que para quien haya cantado a voz en grito Long Live Rock and Roll o Holy Diver este tebeo le va a golpear una y otra vez directo al corazón.

Portada Alternativa del número 1 de Murder Falcon homenajeando la portada del Painkiller de Judas Priest

Contrition: No he leído todos los tebeos editados en España para decir con total seguridad que este tendría que ser el próximo Premio Nacional de Cómic, pero estoy seguro de que va a estar en todas las quinielas, porque la historia que aquí ha tejido Carlos Portela es tremenda. Cuando me compré este tebeo yo iba con idea de pillarme un número de Balas Perdidas que precisamente no les quedaba, y me insistió mi librero de confianza en que me tenía que llevar Contrition, al nivel de decir que estaba tan seguro de que me iba a flipar que si cuando lo leyese no me había gustado me lo cambiaba. Confié en su criterio y cuando lo acabé me volví a la librería, pero no para cambiarlo sino para agradecerle la recomendación de este tebeazo que a cada capítulo se volvía más absorbente, pegaba constantes giros sin perderse ni abrir boquetes en el guion, los diálogos, los personajes, la historia que nos cuenta aquí Portela son perfectos, el dibujo de Keko, detallado a la par que sobrio, es el estilo ideal para una obra que combina el noir con el thriller periodístico y que nos acerca a un lugar tan inquietante como es una comunidad formada por delincuentes sexuales, que tras salir de la cárcel legalmente no pueden habitar cerca de lugares en los que suelan reunirse niños (colegios, parques, etc.), un lugar ficticio pero inspirado en un pueblo real de Florida llamado Miracle Village. A pesar de tocar un tema tan duro nos encontramos con una historia que no es truculenta ni incide en el morbo, sino que combina la tragedia con la reflexión sobre la raíz del mal, las segundas oportunidades o el perdón.

Portada de Contrition a cargo de Keko

Dieter Lumpen: Una alegría tebeística que me llevé este año fue enterarme de que Astiberri iba a reeditar el tomo integral de Dieter Lumpen, que llevaba una buena temporada agotado. Corrí a reservarlo cuando me enteré. ¿Te gusta Corto Maltés? ¿Disfrutaste de Los Viajes de Juan Sin Tierra? ¿Te va el pulp? ¿Las aventuras en parajes exóticos? Pues este tebeazo del genial y virtuoso dibujante Rubén Pellejero, con guion del maestro argentino Jorge Zetner, te encantará seguro. Es que lo lees y entiendes que eligieran a Pellejero para ser uno de los dibujantes que continuasen Corto Maltés. Un antihéroe libertino, moralmente ambiguo pero en el fondo de buen corazón, intrépido viajero y que valora más la aventura que la recompesa material que pueda sacar de ella. Un clásico que se publicó en diversas revistas entre finales de los 80 y mediados de los 90 y que ha parece haber envejecido mejor que muchos de sus contemporáneos, con un dibujo de linea clara apabullante e historias llenas de paisajes exóticos y personajes estrafalarios.

Portada del tomo integral de Dieter Lumpen

Fútbol: La Novela Gráfica: Compré este tebeo no hace mucho para regalárselo a mi padre, que es muy futbolero, pero me lo he acabado quedando yo (inserte emoji de sonrisa con gotita de sudor aquí) porque es un auténtico tebeazo, el gran Santiago García (siempre lo digo, el guionista más versátil del tebeo español de los últimos 20 años) teje aquí un guion que en las primeras páginas casi parece que vaya a ser una recopilación de anécdotas futbolísticas y nos empieza a llevar de un lado a otro, entre la realidad y la ficción, el homenaje cinematográfico, la nostalgia de la radio y el «¿y si…?«, todo ilustrado por los sólidos lápices de Pablo Ríos. Un merengue guioniza y un culé dibuja, demostrando que no hay que polarizar el deporte sino disfrutarlo entre sanas sonrisas, un tebeo que sorprende y que gustará incluso a personas que no tengan interés en el balompié.

Portada de Fútbol, La Novela Gráfica.

Adrastea: Este tebeo hay que cogerlo con cuidado, en serio, con mucho cuidado ¿Por qué? Porque si padeces del Síndrome de Stendhal, esa trastorno que provoca ansiedad y pánico ante la exposición a una gran cantidad de obras de arte, podrías estar en serio peligro leyendo esta BD francesa, ya que cada viñeta que aquí nos regala Mathieu Bablet es una pequeña obra de arte en sí misma. El dibujo es impresionante, es increíble, es perfecto, con unas arquitecturas y unos paisajes naturales de una belleza sobrenatural, con un color vanguardista que te quita el aliento… ¡Señor lo de Bablet! ¡Señora lo del Mathieu! No se lo pierdan que es para guardar. La historia nos llevará a recorrer la Grecia clásica, con sus héroes, dioses, monstruos y mitos, mientras seguimos al inmortal rey de Hiperbórea en su camino hacia el Olimpo para pedir cuentas sobre su inmortalidad y entender el sentido de su existencia. Vamos, que para los fans de Robert Graves será un caramelito épico, sobre todo para los aficionados a cazar referencias de fondo (te puedes hacer un ¿Dónde Está Heracles? y localizar en qué página sale de fondo).

Adrastea, de Mathieu Bablet

Un cesto lleno de cabezas: Si tu padre es el rey del terror no solo por apellidarse King sino porque ha escrito algunas de las novelas más vendidas de la historia del género, parece que lo lógico sería dedicarte a cualquier otra cosa que no sea escribir terror… pero Joe Hill, el hijo de Stephen King, el niño que salía en Creepshow leyendo el cómic, ha decidido seguir la tradición familiar de repartir miedo por todos los hogares que se atrevan a incluir una obra suya en su biblioteca. Escritor polifacético, Joe Hill ha hecho guiones para cine, televisión, cómic y ha publicado novelas y cuentos. En esta historia nos presenta un thriller de acción sobrenatural ambientado en los 70, fantásticamente dibujado por Leomacs y con color del mítico Dave Stewart, una obra donde el terror no importa tanto como la acción, la sangre y el humor negro, con un rollo muy Evil Dead.

Portada de Un Cesto Lleno de Cabezas de Joe Hill y Leomacs

Espada: Este fue uno de los mejores tebeos del 2022, la obra que colocó a Anabel Colazo entre los grandes nombre del tebeo estatal. Autora total, se encarga del guion, del dibujo y del color y lo borda en las tres facetas. ¿Es Espada un relato de autodescubrimiento adolescente? ¿Es Espada una obra de fantasía heroica? ¿Es Espada una introspección en una difícil relación madre/hija? ¿Es Espada una reflexión sobre el poder y la responsabilidad? Sí, Espada es todo eso y además es un tebeo con un dibujo fantástico y una buena historia, un tebeazo que no debe faltar en tu biblioteca.

Página de Espada, de Anabel Colazo.

Cinco tebeos estatales inquietantes, para Halloween.

Llámalo Samaín, llámalo Halloween, llámalo Difuntos y Todos los Santos, llámalo spooky season. Puedes llamarlo como quieras, pero lo que está claro es que estos días de otoño, de hojas marrones caídas, de grises cielos lluviosos, de castañas asadas y de cremita de calabaza con nueces son también la temporada de consumir ficciones terroríficas o inquietantes. Lo de la pasión por el terror y lo malrollero me viene de mi abuela Lila, que siempre decía que a ella le gustaban las películas «de miedo o de crímenes«, ella me descubrió a Edgar Alan Poe y con ella veía de adolescente todos los lunes CSI, en los tiempos en los que había que tragarse anuncios de Telecinco para disfrutar de los crímenes más intrigantes de Las Vegas, aunque siempre me insistía en que en televisión nada superaba a las Historias Para No Dormir del gran Chicho.

Viñeta del Drácula de Fernando Fernández.
Viñeta de Drácula de Fernando Fernández

Esta semana seguro que corren por los internetes cientos de artículos recomendando películas escalofriantes para la noche del 31 de octubre, pero yo aquí he venido a hablar de tebeazos y de otros medios que se encarguen otros. El terror es un género que me ha traído muchas horas de diversión a través de viñetas inolvidables, he sido seguidor obsesivo de colecciones como The Tomb of Dracula de Marv Wolfman y Gene Colan, el Hellboy de Mike Mignola y todo su universo de ficción o los viejos clásicos de EC de los 50 como Tales from the Crypt o The Vault of Horror, además de sus herederas setenteras Creepy e Eerie. Títulos todos 100% recomendables, pero en esta ocasión prefiero centrarme en el tebeo estatal, dado que uno de los problemas de la industria del cómic en España es la falta de lectores… y si hablamos de tebeo de género, más desierto pinta todavía el panorama. Esta es mi inquietante selección para este año.

Portada del álbum Phantasmagoria, de El Torres y Joe Bocardo.
  • Phantasmagoria es una pieza de terror clásico que nos lleva a un Londres victoriano en el que encontramos cultistas, brujos y fantasmas, atmósferas inquietantes, demonios imparables, horrores primigenios y secuencias de acción magníficamente dibujadas por Joe Bocardo, con guión de El Torres, seguramente el guionista más importante en el ámbito del terror en España. Una dupla creativa que también ha firmado esas dos magníficas y sentidas cartas de amor a la obra de Robert E. Howard que son Sangre Bárbara y El Puritano, y que en el campo del terror se maneja tan bien como en el de las historias de espada y brujería. Creo que en papel está ahora mismo agotado, pero todavía podéis haceros con una copia en digital en la web de la editorial Karras, para ir calmando el ansia hasta que lo reimpriman.
  • Drácula, la mítica adaptación de Fernando Fernández de la que ya hablé en otra entrada (en la que también reseñaba el fantástico Villanueva de Javi de Castro, joyita folk horror que no está en esta selección pero que es tan bueno como cualquiera de los aquí citados y que os recomiendo de nuevo encarecidamente), un clásico del cómic español de los años 80 que se publicó por capítulos en la revista Creepy entre 1982 y 1983. Una versión fiel a la novela de Bram Stoker que solo prescinde de alguna subtrama pero que se centra en lo esencial, y cuya estética bebe de los clásicos de la Hammer, destacando por su dibujo de estilo realista y su artístico color al óleo. Fue editada en tomo por Toutain en los 80, reeditada por Glènat en 2004 y actualmente reeditada por cARTEm en una edición muy cuidada.
  • Grito Nocturno es la obra ganadora del último Premio Nacional de Cómic, guionizada y dibujada por Borja González. Una historia que oscila entre el realismo mágico y el terror romántico, que entre sus tramas nos desliza muchas reflexiones sobre la soledad y el autoconocimiento y que nos presenta un dibujo impresionante, con unas atmósferas e iluminaciones dignas del maestro Mignola pero a su vez con un estilo muy reconocible y lleno de personalidad. Aunque forma parte de una trilogía, junto a The Black Holes y El Pájaro y la Serpiente, puede leerse de forma autónoma… claro que ¿por qué leer solo uno pudiendo disfrutar de tres tebeos excepcionales?
  • La Isla, de Mayte Alvarado, no es exactamente un tebeo de terror, pero sí que lo veo lo bastante inquietante para incluirlo en una selección halloweenesca, al menos es la sensación que me ha dejado en muchos momentos. Se trata de una obra melancólica, poética, onírica, romántica, como si un cuadro de Caspar David Friedrich se hubiese hecho tebeo, un cómic casi sin texto que se apoya en un dibujo excepcional, con una paleta de colores muy bien utilizada para introducirnos en una historia extremadamente visual sobre la soledad y la pérdida. En 2022 la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic otorgó el premio de Autora Emergente a Mayte Alvarado por esta obra.
  • El extraño caso del Doctor Jekyll y Míster Hyde, otra adaptación de un clásico del terror, en este caso a cargo de la que yo llamo «dupla maravilla» del tebeo español: Santiago García y Javier Olivares. El primero es seguramente el guionista más versátil del estado, que lo mismo te crea un superhéroe cruce del Capitán América con Roberto Alcázar en la genial saga ¡García! como te hace una novela gráfica sobre fútbol, y en medio te puede redefinir la guerra de Troya o renovar el relato de Beowulf. En cuanto al segundo, es uno de los dibujantes más personales y excepcionales del panorama tebeil ibérico, con ese cuidado estilo de inspiración cubista y esa habilidad para componer páginas con total maestría. En este caso se trata de una obra corta, un álbum de solo 30 páginas en el que van al grano para contarnos el clásico relato de Stevenson con una tremenda agilidad que consigue el dibujo de Olivares, con unas composiciones a doble página que recuerdan el tremendo Atmósfera Cero de Steranko.
Un par de páginas de La Isla, de Mayte Alvarado
La Isla, de Mayte Alvarado.




13 Tebeos para conocerme mejor

Llevaba tiempo sin escribir por aquí por tres motivos, os los resumo así nomás (como dice el popular youtuber): primero porque parte de mi tiempo libre lo he dedicado a hacer un par de cursos muy básicos de redes, por aquello de saber un poco de todo. Segundo, porque también he invertido tiempo en retomar (15 años después) mi actividad como guionista de tebeos (aunque de momento no tengo a nadie que los dibuje). Tercero, porque ChatGPT ha provocado que caigan las visitas en los artículos técnicos sobre trucos de programación o de ofimática (la gente pregunta «ChatGPT ¿cómo valido un DNI con javascript?» y me quedo sin una visita) y no sabía muy bien hacia qué enfocarme. 

Hoy mientras pululaba por Twitter (me niego a usar el nuevo nombre porno que le ha puesto Iloncio) vi a una persona que ponía una lista de “13 películas para conocerme mejor” y he pensado “¿Por qué no hago lo mismo con tebeos?”, pero después he recapacitado “¿y si lo hago en mi Instagram que, a fin de cuentas, va sobre tebeos?” y finalmente he decidido “Qué hostias, lo hago en mi blog que no escribo desde mayo y esto tiene chicha”, además aquí tengo espacio para daros la chapa de por qué me flipa cada tebeo (si no queréis que os dé la brasa y sólo os interesa la lista… pues miráis los títulos destacados en negrita).

Corto Maltés – Fábula de Venecia (Hugo Pratt): Voy a empezar esta lista con mi tebeo favorito. Suelo decir que creo que no hay una obra en ningún medio que recomendaría “a todo el mundo” porque cada persona tiene unos gustos diferentes, pero hago una excepción y es con este tebeo. Si alguien que no lee cómics quiere empezar y me pregunta, intentaré recomendarle cosas afines a sus gustos pero siempre incluiré también este. El único tebeo que recomendaría a mi compañero acérrimo seguidor de Alan Moore, a mi amiga que sólo lee novela gráfica sesuda, al colega fan de la BD francesa, a mi primo concejal del PP, a mi madre y a una familiar aficionada a las novelas de misterio de Agatha Christie. Tenemos una fábula que también es como una representación teatral, una historia influenciada por el movimiento del realismo mágico que Pratt conoció en sus años en Argentina y en la que los misterios de las logias masónicas, el esoterismo cabalista hebreo y hasta el ocultismo cristiano se dan la mano en la tensa Italia de entreguerras en la que el monstruo del fascismo crece imparable. Como en casi todas las historias de Corto tendremos a personajes reales del mundo de la cultura de la época interactuando con los personajes ficticios. En cuanto al apartado gráfico nos encontramos un dibujo de línea sencilla coloreado a la acuarela, que transforma la Venecia hoy en día destrozada por el turismo en un escenario mágico, onírico y misterioso. Incluso existe una obra llamada La Venecia Secreta de Corto Maltés, de Guido Fuga, que sirve como guía para visitar los lugares que aparecen en este tebeo.

Portada de Corto Maltés

Batman – El regreso del Caballero Oscuro (Frank Miller, Lynn Varley, Klaus Janson): Hay muchos motivos para no soportar a Frank Miller, como el tufillo randiano de alguna de sus obras o su sesgo machista que en ocasiones roza la pura misoginia, pero también hay que admitir que fue uno de los grandes renovadores del cómic en el último cuarto del siglo XX. Miller primero se convirtió en el autor más importante del cómic «comercial» o «industrial» siendo autor estrella en Marvel y DC y, después, se convirtió en referente del «cómic de autor» con Sin City o 300. En El Regreso del Caballero Oscuro DC le encarga una miniserie a Miller para relanzar a Batman, un personaje que según sus encuestas es el favorito de los lectores pero que no está vendiendo bien desde hace años. Acompañado de Klaus Janson como entintador, que ya trabajó con él en Marvel, y de Lynn Varley, que es probablemente la mejor colorista de tebeos del mundo en ese momento, Miller intentará recuperar el tono oscuro de la gloriosa época de Neal Adams y Dennis O’Neil presentando a un Batman cincuentón, más violento y cínico, desencantado y enfadado. Visualmente el resultado es espectacular, las composiciones de página son rompedoras y consiguen una narrativa visual sobresaliente, tremendamente fluida y donde la influencia del expresionismo alemán que después explotará en Sin City empieza a asomar. Además el color de Varley es perfecto y consigue elevar todo el apartado gráfico a cotas de leyenda. Una obra esencial del cómic de superhéroes.

Portada de Batman

Entender el Cómic (Scott McCloud): Si Fábula de Venecia es el tebeo que recomiendo a todo el mundo, Entender el Cómic es el que recomiendo a toda persona interesada en profundizar en este medio. Scott McCloud nos presenta un ensayo sobre cómics utilizando el cómic como medio, reforzando la principal idea que defiende esa obra, que el cómic es un medio válido para contar cualquier cosa. No es una historia cronológica del cómic, aunque hay algo de historia, ni un manual sobre hacer tebeos, tema que aborda en otra obra llamada Hacer Cómics, sino una forma de definir este medio y sus características más únicas y definitorias, una herramienta para entender mejor lo que estás leyendo y a veces incluso para profundizar en por qué te gusta tanto un tebeo en concreto.

Portada de Entender el Cómic

Mortadelo y Filemón – Corrupción a Mogollón (Ibáñez): Aprendí a leer con tebeos de Mortadelo así que no podía faltar aquí alguno de sus álbumes. No es que crea que este es el mejor, aunque sí es mi favorito, una sátira de la corrupción de la España de los 90 a través del Caso Roldán en el que el autor catalán de la escuela Bruguera utiliza la caricatura para parodiar a los protagonistas de la política de la época. Aunque al centrarse en un tema entonces de actualidad algunas referencias se han quedado obsoletas, por lo que hay cosas que han envejecido mal, otras tristemente siguen estando igual de vigentes pues las lacras de la corrupción y el nepotismo siguen muy presentes. En esta obra los dos queridos personajes principales tendrán que buscar por medio planeta a un director corrupto de la Guardia Viril con un más que sorprendente parecido físico con Luís Roldán llamado Rulfián, que se ha fugado con millones del presupuesto del cuerpo, con los habituales gags de confusiones lingüísticas absurdas, mamporros por doquier, disfraces delirantes y pequeños chistes insertados en el fondo de las viñetas.

Portad de Mortadelo

Hellboy – Despierta el Demonio (Mike Mignola, James Sinclair): Soy un fanático del Hellboyverse, es un hecho público y conocido que es uno de mis universos tebeíles favoritos y Mike Mignola uno de mis dibujantes de cabecera. A decir verdad lo que más he disfrutado son las historias cortas que solían inspirarse en cuentos populares de distintas culturas, pero dentro de las historias largas también hay algunas que me encantan y de todas ellas Despierta el Demonio es mi favorita. La historia, la primera larga en la que Mike se encarga del guión al 100% (previamente John Byrne se había ocupado de los diálogos), tiene vampiros, nazis, fantasmas, diosas griegas, traumáticas revelaciones que perseguirán al personaje durante toda la serie y un dibujo de Mignola superlativo, con su característica línea simple y sus ambientes cargados de sombras y claroscuros. Una de mis series favoritas de todos los tiempos, una historia sencilla fantásticamente ilustrada, uno de los mejores tebeos americanos de los 90 y una lectura que siempre me trae felicidad. Añado una nota corrigiendo una errata que cometí: la primera historia en la que Mike Mignola se encarga al 100% del guion es la historia corta Los Lobos de San Augusto publicada en Dark Horse Presents, por eso añado el matiz que Despierta El Demonio es la primera larga.

Portada de Hellboy

Watchmen (Alan Moore, Dave Gibbons): Lo que empezó como una idea para introducir a los personajes de Charlton Comics en el universo DC acabó siendo uno de los tebeos definitivos de los años 80, uno de los cómics de superhéroes más importantes de la historia, una miniserie que influenciaría casi todo el género «supers» de finales de los 80 y principios de los 90. Alan Moore firma un guión que casi podríamos considerar metalingüístico, donde usa el cómic de superhéroes para contarnos la historia del género y analizar sus tópicos, además cargado de pequeños detalles en los que no da puntada sin hilo, un cómic en el que cada relectura nos puede hacer caer en algo nuevo. En el dibujo el trazo fino, pulcro, anatómicamente realista y milimétricamente preciso de Dave Gibbons es el ideal para materializar las viñetas minuciosamente descritas por Moore. Aunque es un clásicom no es una obra que recomiende a todo tipo de lectores, la verdad es que creo que se disfruta más si se lee tras haber consumido mucho cómic de superhéroes de los 60-70 antes, porque permite apreciar mejor muchas de sus referencias. Son muchos los críticos que tiempo después han culpado a Watchmen, a la antes citada El Regreso del Caballero Oscuro y al primer tomo del Sandman de Gaiman, Preludios y Nocturnos, de la ola de oscuridad y violencia que inundó el cómic americano de superhéroes de principios de los años 90. Mi opinión es que son tres obras magníficas y que no hay que responsabilizar a sus autores de los excesos cometidos por su influencia mal asimilada.

Portada de la reedición integral de Watchmen

The Tomb of Drácula (Marv Wolfman, Gene Colan): en este caso voy a recomendar una etapa dentro de una serie regular, una de mis favoritas y que con 18 años me tenía obsesionado. Drácula es mi novela favorita, Tomb of Drácula es una serie que se sitúa en la Inglaterra de los años 60-70 para continuar la historia con los descendientes de los personajes originales y nuevas adiciones como Drake, el último miembro del linaje de Drácula, o la primera versión de Blade con estética disco-funky y cuchillos de madera. Colan dibujó toda la serie de forma espectacular, adaptando su estilo más propio del género de superhéroes a una aventura de horror, Wolfman comienza en el número 12 a encargarse del guion y es quien logra dar consistencia a la serie, con historias que respetan la novela original y que mes a mes enganchan al lector. Un tebeo maravilloso que se mueve entre los géneros de terror y aventuras, que inserta también elementos del tebeo de superhéroes americano y que nos ofrece muchas horas de diversión.

Portada de un número de Tomb of Dracula

Las Aventuras de Max Fridman – ¡No Pasarán! (Vittorio Giardino): Max Fridman es un espía que vive tiempos convulsos, quiere jubilarse para llevar una vida tranquila con su hija en Suiza, pero el ascenso del fascismo en la Europa de entreguerras no se lo permite. Vittorio Giardino es uno de los grandes exponentes de la línea fina europea, un dibujante excepcional que llena de detalles sus preciosas viñetas y que además sabe escribir buenas historias, maestro del género noir que también ha hecho exitosas incursiones en el erótico. En está obra, que realmente se compone de tres álbumes aunque se ha recopilado como tomo único, podremos seguir a Max a través de la Guerra Civil Española buscando a un viejo camarada suyo de las brigadas internacionales, una aventura de espías llena de conspiración, espías y traiciones, con un final amargo y una visión algo pesimista del mundo.

Portada de ¡No Pasarán!

Bella Muerte (Kelly Sue DeConnick, Emma Rios, Jordie Bellaire): Este es un tebeo en el que todo es perfecto,el guión de Kelly Sue DeConnick que nos narra un cuento con tintes mitológicos y folclóricos es sublime, sólido, los personajes están bien construidos y acabas empatizando y preocupándote por ellos, la historia engancha desde la primera página, el ritmo es perfecto para mantener siempre atento al lector pero sin apabullar, está muy bien escrito. El dibujo de Emma Ríos es pirotécnico, espectacular, combina con maestría absoluta las escuelas americana, europea y japonesa, con fondos detallados, con sensaciones de vértigo y velocidad muy conseguidas, con paisajes de gran belleza sin sacrificar la fluidez narrativa. Finalmente el coloreado de Jordie Bellaire acaba por elevar todo el conjunto, probablemente la mejor colorista de tebeos de la última década, ganadora de múltiples premios Eisner en esa categoría. Los tres volúmenes que hay publicados hasta el momento son excepcionales, aunque si tengo que decantarme por mi favorito este sería el primero, que a modo de leyenda nos cuenta una historia de castigo y búsqueda de la redención centrada en la hija de la muerte. Una de las mejores series de la última década.

Portada de Bella Muerte desplegada

Goradze, zona segura (Joe Sacco): Cuando os hablaba antes de Entender el Cómic de Scott McCloud insistí en que uno de los puntos centrales de ese ensayo es demostrar que el cómic es un medio que permite contar cualquier cosa. Yo eso realmente ya lo tenía asimilado cuando lo leí, y lo tenía asimilado porque previamente había leído los tebeos periodísticos de Joe Sacco. Este dibujante maltés es también un ávido reportero, un periodista que nos presenta sus profundos reportajes a través del cómic, que ha retratado el conflicto Palestino-Israelí en Gaza, los estrados del fracking en las comunidades indígenas canadienses o la guerra de los Balcanes. Yo tengo 38 años al día de escribir esto, así que los telediarios que veía mi abuelo durante mi infancia narraban constantemente los horrores de las guerras en la antigua Yugoslavia, lugares como Zagreb, Belgrado, Sarajevo, Dubrovnik, Mostar, Bijelo Polje, Srebrenica o Goradze se volvieron tristemente habituales y automáticamente asociados a la guerra, la brutalidad y la tristeza. En este reportaje ilustrado Sacco nos cuenta la historia del sitio de Gorazde, un municipio de Bosnia de población mayoritariamente bosníaca que permaneció meses sitiado por las fuerzas serbobosnias tras la ocupación de Zepa y Srebrenica, recurriendo tanto a su exploración sobre el campo como a entrevistas a civiles y soldados. Una aterradora y realista visión sobre la guerra que estremeció a Europa durante los años 90.

Portada de Gorazde

Beowulf (David Rubín, Santiago García): Beowulf es un poema épico medieval, una epopeya cuya importancia en la historia de la cultura anglosajona es similar a la que pueda tener El Cantar de Mio Cid en la castellana o el Lebor Gabála Érenn en la irlandesa, una obra que ha inspirado cientos de relatos heroicos durante siglos e incluso a autores como JRR Tolkien o Michael Crichton. En este tebeo nos encontramos con dos pesos pesados del tebeo estatal como el madrileño Santiago García, seguramente el guionista más versátil y capaz de abarcar múltiples géneros de forma exitosa del país, y el ourensano David Rubín, fantástico dibujante que maneja todos los recursos del medio con absoluta maestría. Su reinterpretación del poema es visualmente impresionante, mostrándonos fielmente los tres actos del mismo, trasladando fielmente el texto a los parámetros del tebeo contemporáneo. Además me gustaría destacar que tiene una de mis portadas favoritas.

Portada de Beowulf

Astérix y Los Normandos (Albert Uderzo, René Goscinny): No digo que este sea el mejor álbum de Astérix, ya que discutir sobre una obra tan legendaria, completa e influyente es bastante complicado y hasta diría que bizantino, pero es mi favorito por ser el primero que leí y le guardo un cariño especial, si nos referimos a calidad realmente hay varios álbumes de la etapa original de Uderzo y Goscinny que podrían estar aquí, porque el dibujo de Uderzo es excelente, sí, un gran ejemplo de la BD francesa para todos los público que hace un fantástico uso de la caricatura para introducir referencias a personajes populares contemporáneos, pero son los guiones del genial René Goscinny, con una capacidad para escribir gags brillantes y de un humorismo universal, los que elevaron esta serie al olimpo del tebeo. Aquí tenemos a un adolescente de ciudad que no se adapta a la vida en el rural, un retrato del choque generacional en cuanto a gustos, unos vikingos que quieren descubrir qué es el miedo y a todos los queridos personajes habituales de esta serie repartiendo los clásicos mamporros a las tropas romanas y devorando ávidamente enormes jabalíes. También es probablemente la obra en la que el bardo Asuranceturix tiene un papel más destacado, un álbum que arranca sonrisas con facilidad.

Portada de Astérix

En un rayo de sol (Tillie Walden): Si hay algo que tiene Tillie Walden que me sorprende es la madurez de su estilo desde sus inicios, y es que con la mayoría de edad recién estrenada publicó El Fin del Verano y es una obra a la que no se le ve ninguna fisura a pesar de su juventud. Tras esa irían llegando otras obras exitosas, generalmente centradas en personajes adolescentes que afrontan las crisis de la llegada de la edad adulta, el despertar de su sexualidad y el vértigo de salir abiertamente del armario, temas que ha sido capaz de llevar con éxito a géneros como el terror, con su incursión en el universo zombie de The Walking Dead en su serie Clementine Lives! o, como en el caso que nos ocupa, la ciencia ficción. La importancia de En un Rayo de Sol para mí reside en que fue la obra que echó abajo mis prejuicios sobre el formato web para presentar cómics. Siempre había pensado que los webcómics estaba bien para historias muy cortitas, tal vez viñetas de humor gráfico o microhistorias de un par de páginas… pero entonces Tillie me vuela la cabeza con una novela gráfica de ciencia ficción publicada por capítulos en formato web, ahí empiezo a pensar “Sí, este formato también vale para todo”, incluso para una space opera en un futuro en el que solo existen mujeres que surcan el espacio pilotando esbeltas naves pisciformes. Aunque posteriormente se publicó en papel, podéis disfrutarla también en su formato web original.

Portada de En Un rayo de Sol

Ahora que releo el último comentario sobre los webcómics, no quiero que parezca que desprecio las historias cortas, de hecho casi todos los guiones que yo escribo son para historias muy cortitas, Tales from the Crypt o Creepy son de mis colecciones favoritas y considero The Long Tomorrow de Moebius y O’Bannon una de las obras claves del tebeo de ciencia ficción, y es una historia que se desarrolla en 16 páginas.

Hasta aquí llega mi lista y siento que me he dejado docenas de obras, faltan algunos de mis dibujantes favoritos como Enki Bilal, Bill Sienkiewicz, Moebius, Esteban Maroto o Fernando de Felipe, faltan también muchos de mis referentes en el guion como Ann Nocenti, Alex de Campi, Neil Gaiman o El Torres, faltan historias de algunos de mis personajes favoritos como Conan, Superlópez, Lobezno, Tintín o Boone Dias pero quise limitarme a 13 como en el tuit y he decidido centrarme el obras que han cambiado mi forma de percibir determinadas características del medio. En fin, ahora sólo me queda recomendaros que si no habéis leído todos esos fantásticos tebeos intentéis hacerlo, seguramente muchos os encantarán (no diré todos, porque como dije al principio cada persona tiene sus gustos).

Función de Javascript para emular el «Cifrado César»

El cifrado César, en criptografía, es un tipo de cifrado de sustitución en el que cada letra del mensaje original es reemplazada por otra letra que se encuentra un número fijo de posiciones más adelante en el alfabeto. Es posible que recordéis que ya hicimos en el pasado un ejercicio similar a este, usando el sistema de cifrado Rot13, que es otra forma de cifrado de sustitución muy similar. El cifrado César debe su nombre a Julio César, ya que cifraba sus mensajes militares usando un desplazamiento de tres posiciones, o al menos eso contaba Suetonio.

Usando el ejemplo de César con un desplazamiento de 3 posiciones, la letra A se convertiría en D, la letra B se convertiría en E, y así sucesivamente. Como es evidente, llegaría un punto en el que nos quedaríamos sin letras, por lo que el alfabeto se recorre de forma circular, volviendo a la A cuando pasemos de la Z.

Es un método simple e ingenioso, aunque hoy por hoy no muy seguro pues es bastante fácil de descubrir y de descifrar. ¿Podríamos hacer una función de Javascript que utilice este método de cifrado? Desde luego, haremos una pensada para una codificación de caracteres UTF-16 y que en lugar de tener un desplazamiento fijo como en Rot13 (que son siempre 13 caracteres), recibirá un parámetro con el desplazamiento que queremos aplicar:

function caesar(txt, desp) {
  var respuesta = "";
  //bucle for que recorre la cadena y sustituye cada caracter.
  for (var i = 0; i < txt.length; i++) {
    var caracter = txt[i];
    // Verifica si el caracter es una letra del alfabeto
    if (/[a-zA-Z]/.test(caracter)) {
      // sumamos al código del caracter el desplazamiento
      var codigo = txt.charCodeAt(i) + desp;
      // alfabeto circular: si nos pasamos de la z retrocedemos 26 caracteres 
      // los 26 del alfabeto anglosajón, jo tenemos soporte para ñ ni acentos.
      if (/[a-z]/.test(caracter) && codigo > 122) {
        codigo -= 26;
      } else if (/[A-Z]/.test(caracter) && codigo > 90) {
        codigo -= 26;
      } else if (codigo < 0) {
        codigo += 26;
      }      
      caracter = String.fromCharCode(codigo);
    }
    respuesta += caracter;
  }
  return respuesta;
}