Siete tebeos de autoría estatal para el Día del Cómic

El próximo 5 de marzo se celebra en España por primera vez el Día Nacional del Cómic, impulsado por la nueva asociación sectorial de este medio. La fecha no fue elegida al azar, coincide con la publicación en 1917 del primer número de la revista TBO, publicación pionera cuyo nombre se convirtió en todo el estado en sinónimo de noveno arte. Aprovechando esta fecha voy a recomendar una serie de obras que disfruté especialmente, todas de autoría estatal, por si esta semana queréis ir buscando y leyendo alguna. Vaya por delante, anticipándome a las críticas, que no pretende ser una lista de «los mejores de todos los tiempos» , que está claro que hay muchas obras que se quedarán fuera de esta selección y que son fantásticas y esenciales también, pero para poder poner todo lo que me ha parecido sobresaliente tendría que hacer una lista de más de cien… por suerte hay variedad donde elegir para todos los gustos, por suerte España tiene autores de talla internacional.

Villanueva es un tebeo del género folk-horror, dibujado y guionizado por Javi de Castro y ambientado en la llamada España vaciada. La elección del nombre no es casual, Villanueva es el topónimo más común del estado, jugando con eso a la ambigüedad como hacían los Simpson con su Springfield, si bien es cierto que la estética y el folclore descritos en esta obra nos llevan directamente a pensar en su León natal. Con un trabajo gráfico apabullante y un guión sencillo pero efectivo, Javi de Castro combina los tópicos del género que popularizaron desde el cine The Wickerman, Blood on Satan’s Claw o Midsommar muy inteligentemente con la presión social que sufren en las comunidades pequeñas aquellos que se desvían del molde establecido, con la problemática de la falta de servicios en las zonas rurales y con las leyendas y tradiciones de su tierra natal, en un más que notable tebeo.

El Héroe fue la obra que acabó de lanzar a David Rubín a la primera línea del tebeo estatal y le puso en el punto de mira internacional. Tras haber convertido varios mitos griegos en pequeños poemas-gráficos para la revista Humo, Rubín decidió lanzarse con un último proyecto más ambicioso: llevar los doce trabajos de Heracles a las viñetas, pero además lo hace de una forma en la que reflexiona sobre la tradición del relato heroico desde las mitologías de la antigüedad hasta el tebeo de superhéroes actual, pasando por la importancia de los medios de comunicación para convertir a personajes públicos e ídolos e iconos de virtud. Un potente tebeo en el que Rubín recoge, adapta y actualiza los mitos deslizando a la vez una carta de amor al cómic como vehículo narrativo, como si quisiera fusionar en un mismo trabajo a Robert Graves con su adorado Jack Kirby.


Los Cabecicubos fue una decisión difícil,no quería repetir autores en esta lista pero es que para mi Jan, dentro de la serie de Superlópez, tiene tres obras que son excepcionales: la citada Los Cabecicubos, la parodia de Tolkien El Señor de los Chupetes y la más costumbrista La Semana Más Larga. Superlópez nació a principios de los 70 como una parodia de Superman al estilo Bruguera, pero ya en los 80, cuando Jan comenzó a dedicarse tanto al guión como al dibujo, pasó a ser un vehículo que permitía a su autor tratar cualquier tema y así se va viendo: superhéroes, fantasía épica, política, prensa, sociedad…En el caso concreto de Los Cabecicubos, lo que arranque como una surrealista historia de humor con ciencia ficción y superhéroes se convierte, finalmente, en una reflexión sobre la polarización política, la manipulación mediática de masas, el maniqueísmo, el militarismo y la opresión contra los que son etiquetados como diferentes. Han pasado 40 años y sigue de plena actualidad.

¡Socorro! fue la primera obra larga de Roberta Vázquez tras varios años realizando diversos fanzines, un trabajo impactante, gráficamente muy potente y deudor del feísmo clásico de los tebeos underground , con un humor gamberro cuyos cimientos están en la amargura y el desencanto hacia el mundo. A través de unos alimentos antropomórficos Roberta retrata con ácido humor los problemas de su generación, de mi generación, estafada con promesas de un futuro próspero en un mundo que ya no existe, atropellada por dos crisis económicas brutales y perdida entre constantes cambios tecnológicos y un sistema económico deshumanizante que se desmorona sin dar paso algo nuevo, el espacio donde surgen los monstruos del que hablaba Gramsci. Creo que si naciste en los 80 es imposible que no llegues a reconocer muchas de las situaciones que se relatan en ¡Socorro!

La adaptación del Drácula de Bram Stoker que Fernando Fernández realizó a mediados de los años 80 no sé si es la mejor traslación del mito del vampiro a las viñetas que se haya realizado, pero probablemente sí sea la que tiene un dibujo más cuidado. Otros titanes de los lápices como Mignola, Breccia o Crepax también han hecho fantásticas revisiones, pero la de Fernández tiene un halo totalmente legendario. Publicada originalmente por capítulos en la revista Creepy, ha sido recopilada varias veces en tomos aunque entre la última de edición de Glenat y la nueva de cARTEm pasó varios años descatalogada. La obra nos muestra un dibujo extremadamente detallado, hiperrealista, pintado al óleo y cargado de detalles, pero sin descuidar en ningún momento la narración gráfica. 

El Brujo de Carla Berrocal nos trae a las viñetas las leyendas de la mitología chilota, del Chile Austral, en una obra de potentísima factura con la que darnos un festín visual, donde hasta el último detalle gráfico ha sido cuidado al extremo: el uso del color para provocar sensaciones al lector y crear atmósferas, ilustraciones a doble página en formato apaisado por las que discurre la acción, páginas en las que juega con la dirección del lectura permitiendo interpretarlas de varias formas… Una maravilla que nos relata la triste historia de aquel que renuncia a todo lo que ama para conseguir un triunfo social que acaba estando totalmente vacío, pues por el camino se dejó todo lo que daba sentido a ese deseo.

La dupla formada por Santiago García y Javier Olivares nunca defrauda, uno es seguramente el más versátil y talentoso de los guionistas españoles y el otro un dibujante de marcada personalidad y narrativamente impecable. En La Cólera nos entregan una revisión de los mitos Homéricos a través de Aquiles, analizando su importancia para la cultura occidental en general y ofreciéndonos una historia dentro de otra, jugando con la edición y la dirección de lectura para ofrecer una experiencia diversa al lector. Una joya del tebeo a la altura de dos autores que también han parido juntos otros sobresalientes trabajos como su adaptación del Dr. Jekyll y Mr. Hyde recientemente reeditada o su galardonado Las Meninas, que en 2020 se llevó el Premio Nacional de Cómic.

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