Reciclar un móvil viejo en una cámara de seguridad wifi.

En fin, parece que el primer artículo sobre cómo dar una segunda oportunidad a un viejo móvil gustó. Si vimos la posibilidad de convertirlo en una consola portátil hoy vamos con algo más práctico: una cámara wifi.

Si quieres una cámara de seguridad es posible que esta no sea la mejor opción y que debas invertir en opciones más profesionales, pero ¿como monitor para bebés? ¿o para monitorizar a una persona enferma o que requiere cuidados y atención constantes? ¿o para ver cómo está nuestra mascota? Son muchos usos prácticos que podemos dar a una cámara wifi.

Lo primero será hacernos con un soporte para colocar nuestro teléfono, puede parecer una chorrada pero es fundamental que esté bien orientada la cámara. Podemos comprar un trípode o un soporte o, si nos animamos, fabricar uno. Aquí os dejo unas ideas para la última opción. También nos hará falta un cargador, ya que usarlo como cámara consume muchos recursos así que lo mejor es que esté permanentemente enchufado.

Alfred

Y ahora lo que necesitamos es instalar un app de cámara de seguridad en nuestro teléfono. Hay varias opciones, yo he decidido optar por la Cámara de Vigilancia Wifi Alfred, una aplicación que está disponible para Android e iOS y que ha sido desarrollada por Alfred Labs Inc. ¿Por qué? Por cuatro motivos:

  1. Tiene una versión gratuita bastante completa.
  2. Es sencillo de configurar.
  3. Es compatible con teléfonos bastante antiguos.
  4. Tiene las mejores valoraciones en el Play-Store.

Para utilizarlo necesitaremos, como es lógico, dos dispositivos: nuestro móvil viejo, que será el que haga de cámara, y un dispositivo (o varios) que usaremos como visor, ya sea otro móvil, un tablet o a través del navegador de nuestro PC usando su app de visor web (por cierto, si tenéis un bloqueador de publicidad no os dejará desde el navegador, tenéis que desactivarlo). También hará falta una cuenta de Google, que nos permitirá sincronizar ambos dispositivos.

Alfred Visor Web

Cuando instalemos el dispositivo en nuestro teléfono nos pedirá que lo configuremos como visor o como cámara. Elegimos la opción que corresponda, nos conectamos con la cuenta de Google y le damos permisos ya que, como es lógico, necesitará tener acceso a la cámara para poder grabar.

Desde el visor tendremos múltiples opciones: rotar la imagen, realizar una captura de pantalla, grabar un fragmento de vídeo, activar el flash… en general opciones bastante estándar en este tipo de aplicaciones. La más revolucionaria es la de detección de movimiento, que hay que activar tanto en el dispositivo como en el visor y que saca una foto cuando detecta algo moviéndose; aunque también es muy útil la función de ahorro de energía, que mantiene la pantalla del móvil apagada para reducir el consumo de batería.

¿Merece la pena? Bueno, el precio de una cámara de estas, de gama baja/económica, anda por los 50 o 60 euros. Así que si necesitas una y tienes un viejo teléfono criando polvo en un cajón puede ser una muy buena idea.

 

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