Hace cuarenta años los Portland Trail Blazers se proclamaban campeones de la NBA. Y hoy nos vamos para allá en El Bandcamp de la Quincena, pero no para hablar de baloncesto sino de metal de ese puro y sin alear.
Bewitcher son metal, muy metal y mucho metal, como diría cierto presidente español que, por otra parte, es bastante inútil mental (y que hace pareado). En estos tiempos de miles de etiquetas, de postureo moderneta, de metal posmoderno y de beber poleo-menta mesando la barbocha y el chichito tener a Bewitcher es como tener a Ortega y Pacheco en el FIB de Benicassim. Este power trio de Oregón no pretende inventar nada, sólo traernos fórmulas que ya conocemos pero que, por desgracia, a veces olvidamos.
Bewitcher es metal clásico con mucha mala baba, ruidoso, jodón y con un extra de Satán. El precio del disco, 6.66 $, es una clara declaración de intenciones pero no la única: los nombres de sus miembros son Unholy Weaver of Shadows & Incantations (guitarra y voz), Infernal Magus of Nocturnal Alchemy (bajo y coros) y Diabolic Crusher of Hallowed Light (baterista por la gracia de Belcebú). Alguno dirá que lo de Satán ya está muy visto, pero a estos chavales no les preocupa. Ellos son de Satán, Satán mola, Satán te ama.
El disco se abre con unos sintes ochentosos que dan paso a la primera descarga de riffs, y a partir de ahí el pie no se levanta del acelerador, heavy metal veloz como las cuchillas de una picadura de carne. Escucha el gruñido que «empuja» el riff de Speed ‘Till You Bleed ¿No has pensado en Tom G. Warrior de Celtic Frost? La prehistoria del black metal, la de Hellhammer, Venom, Celtic Frost o los primeros Bathory está muy presente para estos chavales, pero sin limitarse a ello y asumiendo también el rocanrol sucio y desenfrenado de Motorhead, los clásicos del underground americano de finales de los 70 como Pentagram o Manilla Road y lo más speedico de la NWOBHM: Jaguar, Angel Witch, Tank, Raven, Holocaust o Diamond Head. Un batiburrillo de estilos para sonar como intentarían sonar una chavales que quisieran hacer thrash metal antes de que el thrash metal naciese, como si fuesen los directos antecesores de lo que harían Sodom y Kreator en sus discos debut.
Canciones cortas, sencillas, sin alardes, directas. Voces desgarradas y agresivas sin agudos gorgoritos. Temas de heavy metal veloz y satánico, sin virtuosismos pero también sin miedo a meter el obligatorio punteo, apostando por la vieja escuela sin complejo alguno, mostrando su dedo corazón a la haterada posmoderna. Si eres de los que llevan parches en su chaleco o chupa estás tardando en añadir uno de Bewitcher, y en escuchar un par de docenas de veces este disco. Metal up your ass! Garantizado.