El «Admiralty Code«, también llamado «NATO System«, en castellano «Sistema de la OTAN«, es un método para analizar la fiabilidad de la información diseñado y utilizado por la OTAN y por los servicios de inteligencia de los países que forman parte del acuerdo UKUSA. Aunque originalmente fue creado como una herramienta para servicios de inteligencia naval su utilidad puede extenderse a muchos otros contextos, incluso al académico, el investigador JM Hanson destacaba en un artículo para la UNSW de Sidney que podría tratarse de una herramienta fundamental para fomentar el auto-aprendizaje, además de una buena metodología para los estudiantes que buscan recursos educativos o fuentes para una investigación. Ya hemos hablado en el pasado de la proliferación de propaganda en internet, tanto con fines económicos como políticos, también de cómo reducir nuestra exposición a la misma. Los criterios usados en el método Admiralty Code pueden ser útiles herramientas a la hora de analizar la información que recibimos en nuestro teléfono, correo electrónico, etc.
¿En qué consiste pues este método? Pues consiste en analizar tanto la fiabilidad de la fuente como la coherencia y credibilidad de la información, usando dos escalas de seis puntos para ello.
Escala de fiabilidad de la fuente:
- A – Totalmente Fiable: La fuente tiene un buen historial previo, siempre ha ofrecido información fiable y auténtica, mostrándose además competentes en el tratamiento y presentación de la información.
- B – Habitualmente Fiable: La fuente tiene un buen historial previo, en la gran mayoría de las ocasiones ha ofrecido información fiable y auténtica.
- C- Algo Fiable: Aunque la fuente ha ofrecido en el pasado información válida, debemos «cogerla con pinzas» porque no siempre nos ofrece datos fiables.
- D – Habitualmente no confiable: Aunque la fuente ha ofrecido en el pasado información válida alguna vez, debemos «cogerla con pinzas» porque en la mayoría de las ocasiones no ha sido una fuente fiable.
- E – Desconfiable: La fuente tiene un historial previo de información falsa o poco fiable, ya sea por incompetencia o por ser ese su objetivo.
- F – Sin Datos: Desconocemos el historial previo de la fuente.
Escala de credibilidad de la información:
- Confirmado en varias fuentes: La información parece lógica y coherente, además está confirmada por varias fuentes independientes.
- Probablemente cierto: La información parece totalmente lógica y coherente, aunque no esté confirmada en más fuentes de momento.
- Posiblemente cierto: La información parece razonablemente lógica y coherente.
- Dudoso: Aunque lo que nos cuente la información es posible, carece de lógica o de coherencia con otras situaciones conocidas pasadas.
- Improbable: Lo que nos cuenta la información es imposible, contradictorio o totalmente ilógico en si mismo. Varias informaciones sobre el tema la contradicen.
- Sin base: Carecemos de base para poder medir la credibilidad de la información.
De esta forma podríamos elaborar una tabla con la que validar nuestros contenidos, con un código de colores similar a un semáforo [verde: esto en principio parece cierto, amarillo: habrá que andarse con ojo, rojo:esto probablemente sea falso] para estar advertidos de la fiabilidad de la información que estamos recibiendo:
Este sistema ha recibido críticas de múltiples analistas de inteligencia, por ejemplo porque su bidimensionalidad puede llevarnos a tener dudas: ¿es más fiable una información marcada como B3 o como C2? En cualquier casi aquí no planteamos ya la idea de elaborar informes de inteligencia, sino la de servirnos de este criterio un poco como guía para evaluar las noticias que leemos. Cuando veamos un titular jugoso pensemos primero ¿de dónde sale esta noticia? ¿qué historial tiene este medio en este tema? y después pasemos al punto ¿esto es posible? ¿es coherente?