Seguramente muchos ayer leisteis la noticia del secuestro de Zaryn Dentzel, el fundador de Tuenti que alega que unos encapuchados le secuestraron y torturaron, en principio para conseguir sus claves de su cartera de criptomonedas (aunque algunos medios señalan que en su declaración oficial omitió ese dato, tal vez fuera un rumor lo de las criptos, tal vez le tenga miedo a la Agencia Tributaria, insondables misterios). Las criptomonedas son muy difíciles de rastrear y garantizan un alto grado de anonimato en sus operaciones, eso que muchos de sus defensores venden como una de sus grandes virtudes tiene también un gran peligro para su poseedor: si alguien te roba el control de la cuenta dile adiós a tu dinero. Esto nos lleva a que haya casos en los que una cantidad obscena de dinero esté protegida tan solo por una contraseña.

Es evidente pues que la necesidad de una seguridad informática potente se convierte en un punto crítico, estos sistemas suelen tener cifrados muy fuertes, políticas de auntenticación de varios factores, exigen contraseñas complejas, actualizan y revisan constantemente su seguridad… en resumen, que robar una cuenta a través de un ataque informático suele ser técnicamente complejo y costoso en tiempo y recursos, en esta estructura el eslabón más débil sería el usuario, el factor humano. Por eso cuando hablaba ayer de la noticia con unos compañeros, hacía referencia al término «criptoanálisis de manguera de goma» o «método del tubo de goma«.

El término se dice que fue enunciado por primera vez a principios de los 90 por el especialista en ciberseguridad Marcus J. Ranum, investigador del proyecto DARPA, y es un eufemismo para hablar de conseguir una contraseña no através de un ataque técnico informático, sino sirviéndose de presiones psicológicas, coacción o incluso tortura para que la persona que conoce la clave nos la entregue. El nombre haría referencia a una técnica de interrogatorio por tortura concreta, el bastinado con una manguera de goma (literalmente, golpear a alguien con una manguera de goma hasta que confiese). Aunque originalmente el nombre haga referencia a una forma de tortura física, cuando hablamos de «manguera de goma» podemos referirnos a todo tipo de presiones y coacciones: amenazas de cárcel, de revelación de secretos comprometedores para la imagen pública de la persona, de consecuencias legales, de multas, presiones a familiares… Incluso no siempre tiene que tratarse de métodos ilegales o brutales, como ya hemos visto hablamos de un concepto amplio consistente en presionar a quien tiene la clave para que la entregue, puede incluso referirse a la obtención de beneficios penitenciarios por colaborar con una investigación. Imaginemos que hacienda investiga las cuentas de un evasor fiscal y necesita la clave de cifrado de un disco duro para poder hacerlo, clave que tiene el contable de dicho evasor: ofrecerle una rebaja en su condena entraría dentro de este concepto también.