Esta semana nos ponemos tan americanos en El Bandcamp de la Quincena que hasta el mismo Ronald Reagan nos daría la ciudadanía.
Lo que traemos esta semana es un «split» a tres bandas, con tres primeros espadas del rollo denso, pesado y psicodélico metiéndose en un terreno más minimalista y acústico. De Scott Kelly, ya conocíamos esta faceta por sus trabajos en solitario o con Blood & Time, alejado de los sonidos más densos que practica con Neurosis, Tribes of Neurot o Shrinebuilder. Kelly es también el nexo de unión con los otros dos músicos del tributo: Steve Von Till ha compartido escenarios con él en Tribes of Neurot y en Neurosis, y al igual que Kelly disfruta lanzándose a una faceta más folkie en sus trabajos en solitario. La leyenda del stoner/doom Scott «Wino» Weinrich, líder de The Obsessed y vocalista de varios trabajos gloriosos de Saint Vitus, también fue compañero de Kelly en Shrinebuilder y también se destapa en este trabajo con una tríada de interpretaciones muy desnudas.
El disco se publicó por medio de Neurot Recordings, el sello fundado por los miembros de Neurosis, en 2012 para conmemorar el 15 aniversario del fallecimiento de Van Zandt. En este 2017 se cumplen ya 20 años sin el cantautor estadounidense así que es un buen momento para recuperarlo. Townes es un músico de culto, no muy conocido pero adorado hasta el extremo por sus seguidores: un compositor que conjugaba con maestría su herencia folkie de los cantautores post-depresión como Woody Guthrie o Pete Seeger con los grandes bluesmen como Son House o Lighnin’ Hopkins. Y en la parte literaria fue un poeta cuyos versos se convertían a veces en puñales y otros en sollozos, como si Bob Dylan se hubiera puesto el negro atuendo de Johnny Cash. Townes Van Zandt es un músico a estudiar, un hombre que ha sido fuente de inspiración para gente de diversos estilos, reivindicado tanto por gente tan dispar como los músicos que aquí nos presentan este tributo, Norah Jones, Steve Earle, Nanci Griffith o los Mudhoney, y reconocido como genio por contemporáneos suyos de la talla de Terry Reid, Robert Plant o Bob Dylan.
Sobre las interpretaciones de los temas, son mayormente versiones acústicas (menos en el caso de la revisión de The Snake Song que hace Von Till donde usa distorsiones para conseguir un sonido atmosférico) en casi todos los casos con poca instrumentación adicional sobre la voz y la guitarra, muy en la onda de la producción que hizo Rick Rubin para los American Recordings de Johnny Cash. Como apunte más personal diría que de las tres voces es el tono más desgarrado y lastimero de Von Till es el que mejor pega con los temas, aunque los tres realizan buenas ejecuciones de los mismos.
Tres leyendas del sludge/doom/stoner metiéndose a hacer americana para homenajear a uno de los grandes del country. Tres canciones para cada uno. Un disco que puede servir para traer la música de Van Zandt a los seguidores de sonidos más brutales y pesados, o que puede hacer que los amantes del cantautor se interesen por las carreras de los que aquí le rinden tributo. Pero, sobre todo, un disco minimalista que es una pequeña y sincera joya. Un trabajo para disfrutar en casa, con una buena pinta de cerveza negra.