El Bandcamp de la Quincena: Brant Bjork – Tres Dias

Esta semana semana no vamos con una novedad sino con una reedición, ya que la buena gente de Heavy Psych Sound Records nos han traído cosa rica este mes de marzo.

El día 21 llegaba la primavera cargada de frío y también llegaba al catálogo de este sello un buen puñado de discos de Brant Bjork, nueve para ser más concretos, diez si sumamos el disco de Ché. El sello italiano va ampliando su catálogo y poco a poco se hace con un listado cada vez más jugoso en lo que respecta a psicodelia y stoner.

Sobre Brant Bjork se puede decir mucho y se puede decir poco, es un músico con una trayectoria tan dilatada que basta citar los nombres de las bandas en las que ha participado como batería para hacerse una idea de su magnitud: Kyuss, Mondo Generator y Fu Manchu. Sumemos a esto proyectos de vida efímera como Vista Chino o Ché y sus distintas bandas en solitario: Brant Bjork and the Bros, Brant Bjork and the Low Desert Punk Band y, claro está, los diez discos de estudio que ha sacado simplemente bajo su nombre.

Tres Dias Brant Bjork

Con este Tres Dias (sí, «Dias» sin acento, así está en la carátula y así lo transcribo yo) nos adentramos en una curiosidad dentro de su carrera. El disco, entonces su quinto trabajoen solitario, se grabó en efecto en tres días, durante las navidades de 2006 en el estudio de Tony Mason de Joshua Three. Son ocho temas en formato acústico que nos presentan a un Bjork intimista, desnudo, minimalista y desértico, casi en un estilo de cantautor cercano a Sixto Rodríguez, Townes Van Zandt o Kris Kristofferson. Muchos de los temas son reinterpretaciones de canciones anteriores y otros serían regrabados, con modificaciones, en discos posteriores: tres temas aparecerían muy cambiados en el Somera Sól de Brant Bjork and the Bros y uno en el Punk Rock Guilt.

¿El disco ideal para iniciarse en la carrera de Brant Bjork? Realmente no. ¿Una joya de buen rock acústico? Sí, sin duda.

El Bandcamp de la Quincena: Comus – Out of the Coma.

Esta semana vamos con un disco que ya tiene unos años, pero que yo descubrí hace poco. Nos ponemos folkies este domingo.

Comus son una banda muy veterana, fundada en 1968 y activa en su primera encarnación hasta 1974. En esa etapa publicaron dos discos: el esencial First Utterance y el también excelente To Keep from Crying. Tras eso desaparecieron y la banda parecería definitivamente enterrada durante años. Durante los 90 algunas bandas reivindicarían el legado de Comus, siendo Mikael Åkerfeldt de Opeth uno de sus más grandes defensores, incluyendo referencias a canciones del First Utterance en algunos de sus temas. Cuentan que el propio Åkerfeldt fue responsable de convencer a Roger Wootton y Bobbie Watson de devolver la vida al grupo. En 2005 llegaba a las tiendas una caja que recopilaba mucho material del grupo y que traía su sonido a una nueva generación. Y así, en 2008 y sin hacer mucho ruido los Comus se reunían para tocar en un festival sueco para grabar un DVD en directo y, ya en 2009, dar su primer concierto en suelo británico 37 años después de su última presentación. Tras más conciertos ganando repercusión decidirían grabar nuevo material, y eso nos llevaría al disco que tenemos entre manos.

Out of the Coma salía a la luz en 2012 y traía nuevo material de la banda 38 años después de su última entrega: tres canciones nuevas, grabadas en estudio, y un largo tema en directo inédito rescatado de uno de sus conciertos de los 70. Uno podría tomarse como algo decepcionante que tras tantos años para su siguiente disco sólo compongan tres temas, que en total suman algo más de 22 minutos de nueva música, pero la primera escucha borra toda sombra de decepción: cada canción es una pieza de orfebrería musical finamente arreglada, cuidada con detalle y mimo, cargada de locura y perfeccionismo. Sí, son solo tres temas, ¡Pero qué tres temas! Las voces masculina y femenina armonizándose, trepando como una enredadera por tu oído en todos los temas, dando el contraste de lo bello y angelical con lo brutal y mundano. Los ambientes logrados a través de las combinaciones melódicas de guitarras, violines e instrumentos de viento nos trasladan a paisajes aterradores propios de un película de horror rural inglesa. La percusión cuasi ritual en temas como Out of the Coma o The Sacrifice bien podría ser la banda sonora del clásico The Wicker man. Y en The Return hasta nos insertan un  pasaje más jazzero en medio de una pieza de folk preciosista, en la que de golpe unos susurros nos llevan a un ambiente de bosque hechizado o casa maldita.

comus

El tema que cierra el disco es una pieza de 15 minutos, como ya dije arriba rescatada de uno de sus conciertos de 1972, titulada The Malgaard Suite. En este caso hay que reconocer que el sonido de la grabación desluce el tema, a fin de cuentas es un bootleg de principios de los 70, poco se puede hacer en producción para arreglarlo. Podrían haberlo regrabado, pero por otra parte habría perdido valor documental por tratarse de una pieza grabada por aquella formación con Lindsay Cooper tocando el fagot (posteriormente se uniría a proyectos como los míticos Henry Cow o las reivindicativas Feminist Improvising Group y grabaría flautas y oboes en el sobrasaliente Hergest Ridge de Mike Oldfield).

El sonido de Comus combina folk, rock progresivo y psicodelia. En una primera escucha mi impresión es que sonaban como si Luar Na Lubre practicaran ritos de magia negra puestos de setas. Podría compararlos con los Straws por su folk progresivo, pero en Comus hay una vena más oscura, como si Pentangle se dieran la mano con The Velvet Underground o The Doors, casi como si fueran el punto intermedio entre dos de sus legendarios contemporáneos, como si ellos fueran lo que hay entre Black Sabbath y Fairport Convention, lo que quedaría justo en medio. Sus letras y ambientes oscuros son más propios de una banda de metal que de una de folk.

La recomendación de hoy no es solo este Out of the Coma, la recomendación es que hagáis todo lo posible por escuchar todos los discos de estos Comus, una decisión de la que no os arrepentiréis.

El Bandcamp de la quincena: Jamie Fifthring – The Pilgrimage (25/12/2016)

Feliz día de la resaca post-cumple de Lemmy (aka Navidad por algunos descreídos). Aunque parecería que lo lógico en este caso sería hablar de un disco con toneladas de distorsión NO VA A SER ASÍ. Nos volvemos a Ferror  (sí, acabado en R) en El Bandcamp de la Quincena, tierra que siempre nos trae cosas interesantes (muchas veces también terroríficas, pero hoy vamos con las interesantes).

Para repartir sabiduría de vaquero no hace falta nacer en Nashville ni que en tu familia lleven cuatro o cinco generaciones llamándole a alguien Hank Williams, ni siquiera tienes que aparecer en The Grand Ole Opry. Aquí Jamie Fifthring nos demuestra que el oeste de Europa es también buen lugar para cultivarlo, a fin de cuentas Galicia práticamente haría frontera con los EEUU… con un océano por medio, claro, pero si te pones a nadar en línea recta acabas tocando tierra americana.

Jamie Fifthring The Pilgrimage

Más allá de estas divagaciones sobre marcos, límites y fronteras nos encontramos con un trabajo excelente, con canciones elaboradas con arte y mimo, con atención al detalle. The Pilgrimage, publicado en este 2016 que ya agoniza fue el segundo trabajo de Jamie Fifthring tras el LP debut Torches in the Alley, y el primero con banda ya que su debut se lo había grabado él solito, a lo Juan Palomo. Añado que a día de escribir esta entrada se está realizando una campaña de captación de fondos en Verkami para financiar el tercer trabajo, segundo larga duración, del cantautor ferrolano y su banda.

The Pilgrimage ofrece una peregrinación a prados verdes, sensación de gotas de rocío en la nuca, aire fresco y sin polución, conducir entre la nieve en el paisaje de un film de los Cohen, los grandes espacios abiertos que retrata S. Craigh Zahler en Bone Tomahawk, bañarse en pelotas en un río en verano… son canciones que cuando entran por el oído bajan hacia las tripas, música de verdad, de un artista que dice algo porque tiene algo que decir. Cuatro temas (más uno) donde rehacen dos del primer disco con nuevos arreglos para formar un EP que se va por encima de los 20 minutos. Canciones que parecen beber de las fuentes de alternativos de los 90 como Elliot Smith o Blind Melon y que debería gustar a los que disfrutan de propuestas actuales del panorama folk como Austin Lucas, Emily Barker, Chuck Ragan o hasta de los inicios de Mumford & Sons (antes de que se tornaran unos cansinos).

¿Puede continuar el legado de Pete Seeger y Woody Guthrie más allá de las fonteras americanas? El talento no conoce fronteras, por mucho que algunos se empeñen en que sí. Algunos se escandalizarán cuando vean a un japonés tocando flamenco o a una caboverdiana bailando una muiñeira. Yo prefiero disfrutar la música, y disfruto de este discazo de Jamie Fifthring.

 

 

El Bandcamp de la quincena: Wucan – Sow the Wind (20/03/2016)

Esta quincena viajamos a Alemania, en concreto a Dresden, así que puedes empezar a darle al play.

Hubo un tiempo en el que los primeros espadas del rock duro podían compartir escenario con los grandes del folk, el blues o el soul. Yo no puedo dar fe más allá que por las crónicas leídas dada mi edad, pero sería bonito poder volver a ver festivales con esa mezcla de estilos. Parece que los miembros de Wucan, aunque tampoco tengan edad para recordar eso son otros de los que lo añoran: en su estilo retro el hard rock y el proto-metal se da la mano con el folk, el blues más denso o hasta con elementos del primer funk.

He de decir que la flauta del primer tema, Father Storm, me trae a la cabeza la música de Ñu, aunque no creo que estos germanos hayan tenido contacto con el legado de José Carlos Molina. La flauta siempre invita a pensar en Jethro Tull aunque he de decir que en general el grupo no me recuerda demasiado a la banda de Ian Anderson. Por la voz femenina y la cierta aura de misticismo que rodea a la banda he pensado en los Coven, aunque cuando se acercan a los dejes más funk/soul sea el MKIII de Deep Purple lo que se me ocurre, e incluso a Janis Joplin cuando se ponen con temas más folk-blues. Incluso en algún momento me llega un regustillo a Fleetwood Mac, al primer Santana y a se dejen algún guiño al progresivo y al kraut rock, y a cosas más modernas como Jex Thoth, Blood Ritual o Blues Pills.

El liderazgo de esta banda de Dresden recae, al menos en apariencia, sobre Francis Tobolsky: esta carismática mujer además de encargarse de las voces lo hace también de la flauta, los teclados, el theremin y algunas partes de guitarra. El resto de miembros de la banda hacen un trabajo muy competente y cumplidor, no destacaría a ninguno como un músico que vaya a cambiar mi concepción de la música, pero todos hacen su labor de forma correcta y aportando su toquecillo a la banda.

Wucan Sow the Wind

Nos presentan un disco compuesto por seis temas, que pueden parecer pocos pero que superan los 40 minutos en total dado que los dos últimos, King Corea y Wandersmann, suman casi 23 minutos, componiendo la cara B de la edición en vinilo. He de decir que el último tema, de casi 16 minutos, se hace un pelín largo y sería tal vez el punto débil del disco.

El disco se publicó en septiembre de 2015, sólo 10 meses después de su anterior entrega titulada Vikarma. Siendo sincero, la portada basada (prácticamente copiada) en el trabajo del ilustrador anarquista Rufus Segar no me ha acabado de convencer.

Resumiendo: tengo unas ganas tremendas de ver un concierto de esta gente, si bien parece complicado de momento porque se mueven sólo por tierras centroeuropeas. Una banda a seguir, a la vista de la calidad de los dos trabajos que nos han presentado. Este Sow the Wind es un disco para reescuchar durante mucho rato y recibir muchas alegrías.

Richard Thompson – Sweet Warrior (2007)

Cuando se abarca un nuevo disco de un músico veterano uno ya no pide que reverdezca viejos laureles, no se pretende que mantenga el nivel de sus obras maestras publicadas años atrás. Sweet Warrior llegaba en 2007 como el 12º disco en solitario de Richard Thompson, uno de los renovadores del folk inglés en las filas de Fairport Convention a finales de los 60 y compositor experto en escribir hits par otros músicos. Thompson contaba por aquel entonces con 58 años y, desde luego, ya no tenía que demostrar nada a nadie. Pero a pesar de todo esto, volvió a la primera fila musical marcándose una nueva obra maestra con este trabajo, dejando bien claro que todavía veía muy lejos la jubilación.

Combinando tanto folk inglés como americano con rock clásico, y haciendo uso de su inagotable colección de recursos como guitarrista, en Sweet Warrior nos encontramos con un disco que podría haber sido firmado por Bob Dylan acompañado de The Band, y que nunca se grabará.

Richard Thompson directo Cambridge 2006

Para no dejar dudas, el disco comienza fuerte: Needle and Thread y I’ll never Give It Up demuestran que Thompson llegaba con tanta o más energía que en sus años de juventud. Incluso su voz parecía haber rejuvenecido, si comparamos con los trabajos justo anteriores. La temática bélica está presente en el disco, en temas como la tremenda Dad’s Gonna Kill me, un tema que relata el sinsentido de la guerra de Irak desde la mirada de un marine con una letra llena de argot militar y de cierta retranca, o la intensa balada Guns are the tongues. En She sang angels to rest nos encontramos en cambio a un Thompson más tranquilo y preciosista, acompañando su voz y guitarra de viola y arpa en una hermosa y elaborada balada. En Take Care the Road You Choose parece querer dejarnos claro que él fue el maestro e inspirador del admirado Mark Knopfler, y en Mr. Stupid saca su particular sentido del humor para demostrar que incluso los Monty Python fueron una influencia para él.

Richard Thompson - Sweet Warrior

Fuera del Reino Unido tal vez Richard Thompson no tenga la fama de otros músicos, pero cualquier amante de Bob Dylan, Mark Knopfler, Neil Young o Bob Seger disfrutará de esta pieza maestra. Un disco tan recomendable como sus viejos clásicos Henry the Human Fly, Action Packed o el I want to see the bright lights tonight que grabó con el dúo que formaba con su entonces pareja Linda Thompson.