No se a vosotros, pero a mi la apariencia de la interfaz por defecto del PowerShell de Windows no me seduce nada, y estos días tengo que trabajar bastante con él:

Ni la tipografía me resulta cómoda a la hora de leer, ni el color de fondo me convence y hasta me parece demasiado pequeño el tamaño de la consola. Pero podemos personalizar esta interfaz. Basta con hacer click sobre el icono de Powershell que hay en la esquina izquierda de la ventana, al lado del nombre:

Ahí podéis ir a al menú «Propiedades«. Si no ejecutamos el PowerShell con permisos de administrador los cambios no serán permanentes y se perderán al cerrar la ventana.
La primera pestaña, Opciones, nos permitirá activar o desactivar las opciones de autocompletado, de inserción (pegar en un solo click) o de edición rápida. También nos dejará definir el tamaño del buffer o el del cursor:

La segunda pestaña, Fuente, nos permitirá cambiar la tipografía y su tamaño:

La tercera pestaña, Diseño, nos permite definir el tamaño del buffer, el de la ventana y la posición de la misma:

Y finalmente en la pestaña Colores podremos elegir el color de fondo y de letra para la pantalla de PowerShell y para las pantallas emergentes.

Trasteando un poco lo podemos dejar a nuestro gusto. En mi caso me gusta que parezca una venta clásica de MS-DOS, puede que por nostalgia o por la fuerza del hábito.
