Si el otro día, para celebrar el arranque de la temporada NBA, lanzaba 15 preguntas que me hacía para el comienzo del curso baloncestístico, ahora vamos con otra entrada: cinco jugadores a seguir y monitorizar esta temporada. ¿Qué cinco historias pienso perseguir este año?
- DeMarcus Cousins: Cuando el año pasado se rompió el talón de Aquiles Cousins era el jugador con mayor impacto estadístico en la NBA. Un jugador con su tamaño, sus fundamentos y su muñeca era el claro candidato a firmar un máximo este verano que quedaba como agente libre, parecía claro que los Pelicans apostarían por dejarse un pastón en renovarle e intentar que su dupla con Davis fuese la mejor pareja interior de la NBA. Pero la gravedad de su lesión puso muchas nubes en su horizonte y, al no recibir las ofertas que el creía que merecía, decidió firmar con los Warriors por una mid-level exception. ¿Nadie le ofrecía a Cousins un contrato más lucrativo? Seguramente sí, pero parece que él cree en si mismo y ha pensado que mejor jugar un año por 5 millones, recuperarse y firmar un máximo en verano de 2019, puede que incluso con un anillo ya en su mano si la temporada va bien. Que puede ser que no se recupere bien y que entonces lamente no haber aceptado las ofertas de 60 millones millones en tres años que recibió esta temporada. Por eso es una de las historias que voy a seguir.
- Mo Bamba: Mide 2.13, tiene una envergadura de 2.36, unas condiciones atléticas de ciencia ficción y dicen que también el tiro y la coordinación de un alero mucho más bajo. Dicen que todavía está «por hacer«, que es un diamante en bruto con el que hay que trabajar, pero muchos de los que le han seguido durante su año en la universidad de Texas piensan que este neoyorkino hijo de inmigrantes marfileños puede ser el gran rival de Anthony Davis y Joel Embiid a la hora de dominar las zonas de la NBA en los próximos años. Dicen que sus condiciones son las óptimas para ser un jugador total, con impacto a ambos lados de la pista: puede cerrar el aro o moverse a defender a hombres de perímetro atrás, mientras que en ataque juega tanto de espaldas como de frente y tiene rango de tiro hasta en el triple. ¿Es tan bueno Mo Bamba? ¿Es un Embiid en potencia o es un Thon Maker que promete pero que parece que puede tardar en explotar? Solo el tiempo nos lo aclarará.
- Jabari Parker: Cuando jugaba en Duke se decía que era como Grant Hill pero con tiro en suspensión. Tras dos lesiones de extrema gravedad en su rodilla hay quien teme que la comparativa con Grant Hill en su etapa universitaria fuera una premonición de una carrera plagada de lesiones. Jabari tiene instinto asesino, es un jugador nacido para finalizar, no le tiembla la muñeca. Apuntaba a novato del año cuando se lesionó tras solo 25 partidos. Tras su regreso dejó pinceladas de jugador con futuro de sempiterno all-star, pareciendo ya recuperado, pero otra lesión le devolvió a la desesperación. Sus problemas con el impresentable Jaso Kidd, de quien se dice que le hizo la vida imposible para intentar que rescindiera su contrato, no ayudaron a que su carrera continuase en Milwaukee. Ahora ha regresado a su Chicago natal donde formará parte de unos jóvenes Bulls en proceso de reconstrucción: junto a un Dunn que parece ir apuntando a ser el jugador que prometía en la universidad, junto a un LaVine que también viene de una grave lesión, junto al sorprendente Markkanen y junto a un Wendell Carter Jr que está muy verde pero que también fue un exitoso producto de Duke ¿Volverá el Jabari que parecía que sería un fijo en los partidos de las estrellas? Realmente lo deseo más de lo que lo creo, pero es un jugador que se merece algo de suerte.
- Jayson Tatum: No estaba llamado a ser un jugador importante en los Celtics del año pasado. Era el número 3 del draft (y en cierto modo el número 1, ya que habían intercambiado esa elección con los Sixers tras haberle probado), pero llegaba a una plantilla creada para competir en la que se esperaba que tuviese un primer año con poco peso para ir adaptándose a la NBA y cogiendo experiencia, un poco como habían hecho el año anterior con otro número 3 como había sido Jaylen Brown. Pero en el primer partido de la temporada la grave lesión de Hayward trastocó todos los planes de los Celtics. Tras esto Tatum veía como su peso en la plantilla crecía, como de repente tenía que jugar más de lo esperado, con más responsabilidad. En liga regular fue uno de los novatos más destacados, junto a Donovan Mitchell, Ben Simmons o Markannen, y fue cuando llegaron los play-off con Irving lesionado que Tatum se mostró como una potencial futura estrella, liderando a su equipo en anotación noche tras noche. Si sigue progresando tendremos jugón para años.
- Markelle Fultz: Los Sixers le elegían con el número uno del draft conseguido en un traspaso con los Celtics ¿Tatum les había convencido tanto en los entrenamientos, vieron algo raro en Fultz al trabajar con él o hubo un poco de ambas cosas? Porque su primer año parece dar la razón a Ainge en su movimiento: mientras Tatum se destapó como una estrella los problemas físicos ahogaban la primera temporada de Fultz en los Sixers. Tras haber destacado como una máquina anotadora en el instituto y en la universidad este producto de los Huskies de Washington parecía incapaz de meter un tiro: una extraña lesión afectaba a sus capacidades motoras y degradaba su habilidad para tirar. Cundía el pánico, había quien afirmaba hasta que padecía un Parkinson precoz. Finalmente pudo jugar algunos de los últimos partidos de la temporada, y hasta logró un triple-doble con el que quitaba a Lonzo Ball el récord de haber sido el más joven en firmar uno. Tras un verano de trabajo parece que todavía no está al 100% el tiro de Fultz, pero que ha mejorado y que puede que este año logre recuperarse de todo ¿Veremos al jugador que se ganó el número 1 del draft o se quedará en el cajón de los juguetes rotos? Lo comprobaremos.