Apatrullando el interné y otros hits del gobierno

Llevamos unas semanas que toda la obsesión del ministro de interior es decirnos que la gente en twitter es muy malvada, que ya no se respeta nada, que ahora el terrorismo ataca en 140 caracteres, que hay mucha bilis flotando en flujos de datos binarios (bueno, lo diría si comprendiera los conceptos «binario» y «flujo de datos», no le supongo esa capacidad).

El asesinato de la presidente de la diputación de León poco después de la llamada «operación Araña» les ha venido muy bien para tener excusa a la hora de meter mano. «Ais, su pobre familia, encima de víctimas tener que leer insultos«, y claro, apelando al sentimiento se consigue más que apelando a la razón, es un hecho. Ahora varias asociaciones judías de Cataluña han denunciado comentarios antisemitas en el red la pasada semana, y no les faltan pruebas, perder la «novena» contra el Maccabi dolió a muchos madridistas, como se pongan tan serios con este tema como con los chistes sobre la señora Carrasco o Carrero Blanco algunos penales van a parecer una peña del Madrid.

Enrique Dans, siempre certero en estos temas, ya ha dado su opinión un par de veces, pero yo tengo la mía (que en muchos puntos coincide con la suya, no nos engañemos).

La cuestión es que aunque no les supongo mucha inteligencia a los que nos gobiernan tampoco les creo tontos de baba colgante. Y les empiezo a notar nerviosos porque se enfrentan a algo que no conocen. Ahora que el gobierno ha logrado que todos los grandes medios impresos les deban un favor gracias a su Tasa Google/CanonAEDE y que las televisiones tampoco pinten mucho ya que, al final, acaban perteneciendo a esos mismos grupos, se sentían muy cómodos, muy seguros: le habían echado un hueso a todos los perros, y con la mandíbula ocupada no iban a morder la mano que les alimenta. Entonces se topan con que la gente cada vez recurre menos a esos medios y más a redes sociales, y no sólo para buscar noticias e información, también en muchos casos para organizarse. Todavía recuerdan la primavera árabe, no hace tantos años, que no acabó como el cuento de hadas que algunos medios pintaban pero que sí sacó de la poltrona a unos cuantos. Y no están muy seguros los dos grandes partidos, algún miedo tienen cuando empiezan a hablar de «gran pacto de estado entre PP y PSOE» para 2015. Las redes sociales están ahí, fuera de su control. Si fueran Obama todavía, pero estos no tienen la infraestructura de la NSA para meter mano.

Entonces a alguien se le ocurre que no necesitan controlar estas redes ¿para qué si pueden recurrir al FUD? ¿Quién necesita censura pudiendo lograr que la gente se autocensure?. Decía Ken Loach en los 80 hacías una película con el miedo a que te pudieran hacer cortar una parte, o que incluso la distribuidora no la publicara, pero que ahora eso estaba tan interiorizado que los directores directamente ya ni se arriesgab a hacerla. Mete algo de miedo y que la gente se autocensure, porque estas cosas van poco a poco. Se empieza con algo que suene razonable, se dice «vamos a perseguir la apología del terrorismo en la red«. La mayoría de la gente dice «Joder, normal, lógico, terrorismo malo, yo no soy terrorista, yo no he puesto una bomba ni apoyo al que la pone.«, pero de ahí se pasa a la apología del delito, y la gente dice «bueno, yo tampoco apoyo que se comentan delitos«, pero ya se entra en la ambigüedad: ¿si doy difusión a una protesta ciudadana cometo un delito? ¿si apoyo el boicot a una empresa públicamente? ¿si dudo de la existencia de Resistencia Galega cometo un delito?. Miedo, desinformación, duda. FUD puro y duro a mayor comodidad de los partidos de la alternancia.

Y ya no me voy a meter en el sesgo ideológico que aplican los mandamases. Cuando en su día escribí este artículo en los comentarios me dejaron varios comentarios con amenazas de muerte e insultos varios (caray con la caridad cristiana). El que lo hizo no debía saber mucho de redes, se hacía pasar por distintos usuarios pero todo venía de la misma ip… Me planteé denunciar, aunque no me tomaba muy en serio la amenaza, por el mero hecho de tocarle un poco los huevos al personaje amenazador. El policía nacional con el que hablé me vino a decir que me iba a suponerme mucho quebradero de cabeza y que probablemente no iría a conseguir nada porque sería complicado demostrar quién realmente escribió eso. Total que lo dejé correr. El caso es que las amenazas ultraderechistas en las redes son pan nuestro de cada día desde hace años, como páginas que defienden la violencia contra la mujer, contra los homosexuales, contra los inmigrantes… y hasta ahora nunca habían movido un dedo. ¿Por qué ahora? Porque dentro de un año hay elecciones. Cierto, también la hay esta semana, pero viendo a Cañete y Valenciano de candidatos es evidente que mucho interés en ganarlas no tienen (o que tienen la certeza de que estas van a ser un descalabro y mandan a dos personajes prescindibles del partido para que se quemen), estas europeas les pueden valer de laboratorio, y mientras van legislando para paralizar las movilizaciones de cara a las que sí les importan y afectan. Dicen «Se siembra el odio desde twitter» mientras financian a medios de comunicación que hacen eso a diario.

En fin, que parece que Fernández Díaz quiere cambiar a Torrente por Johnny Mnemonic. Llamadme paranoico, pero rara vez desde el gobierno se da puntada sin hilo en este tipo de temas.

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