Fueron sólo 3:48. Es el tiempo que Theo Papaloukas jugó contra el Barcelona en la final de consolación de la Euroliga 2013. Y puede que fueran sus últimos minutos en el basket profesional. Con su CSKA campeón de liga ya se antoja que la Final Four ha sido su despedida. Puede que no, que todavía le quede cuerda, no se ha anunciado oficialmente su retirada, pero todo apunta a que en los próximos días dirá adiós al baloncesto profesional.
Con dos metros de alto y alrededor de 100 kilos durante su carrera, Papaloukas se convirtió en el ejemplo de combo-guard o point-forward europeo, pudiendo jugar de base, escolta e incluso alero. Criticado por no tener un tiro de larga distancia y por sus mediocres porcentajes en el tiro libre compensaba estas carencias con su excepcional manejo del balón, visión de juego e inteligencia. Una de sus jugadas «marca de la casa» era romper al rival amagando un pase para finalizar con una bandeja tras penetrar a canasta. Otra de sus señas de identidad era la de salir casi siempre desde el banquillo, por decisión propia consensuada con el entrenador (curiosamente otro de los protegidos de Messina, Manu Ginobili, también ha hecho esto durante la mayor parte de su carrera).
Durante años el jugador mejor pagado de Europa, Papaloukas puede alardear de haber sido el jugador que más Final Fours ha disputado hasta el momento, con 9 apariciones en la fase final de la Euroliga. Logró ganarla dos veces, ambas en el CSKA, equipo donde empezó como jugador de banquillo y del que salió como un referente del basket europeo.
Aunque jamás dio el paso a la NBA, al igual que su compatriota y también excepcional jugón Dimitris Diamantidis, pocos dudan de la capacidad de este hombre, con un palmarés impresionante tanto a nivel colectivo como individual: En clubes 7 ligas y 3 copas en Rusia, 2 Euroligas, 3 copas en Grecia, una liga y una copa en Israel y un campeonato en segunda división griega; además de un oro europeo y una plata mundial con la selección griega. Las nominaciones en su carrera se han sucedido también: mejor jugador de la segunda división Griega en 1999, cinco all star en la liga griega, dos veces mejor quinteto de la Euroliga y otras dos en el segundo, además de aparecer en el mejor quinteto del Eurobasket 2005, MVP de la Euroliga en 2007 y elegido en el equipo ideal de la Euroliga de la década 2001-2010. Me reservé los galadornes de 2006 para el final, porque fue su año mágico: Triple Corona con el CSKA, plata en el mundial con la selección y para él a nivel individual MVP de la copa rusa, MVP de la Final Four de la Euroliga, Quinteto ideal del Mundial y Mejor Jugador del Año elegido por FIBA Europa.
En fin, sea su retirada definitiva o se quede un año más, está claro que el baloncesto europeo no sería el mismo sin Theo. Vaya por él este homenaje, más humilde que el que le dieron en 2008 cuando fue nombrado uno de los 50 grandes de la historia de la Euroliga/Copa de Europa, y recordemos sus grandes jugadas.