Voy a hacerle la competencia a Aerilon (la verdad es que no he comprobado si ya había una entrada sobre esto en su blog) y voy a dar una pequeña y rápida lección de cómo instalar ScummVM en Linux, que os permitirá utilizar en vuestro sistema libre los juegos de LucasArts creados para el motor Scumm (Maniac Mansion, El Día del tentáculo, la saga Monkey Island…).
Lo primero es crear un directorio para guardar los juegos y otro para las partidas salvadas.
mkdir /home/$TuUsuario/scummvm
mkdir /home/$TuUsuario/scummvm/juegos/
mkdir /home/$TuUsuario/scummvm/savedGames
Lo siguiente, claro, es descargar el scumm (bueno, podrías haber hecho esto antes que lo anterior.
sudo apt-get install scummvm
Ya está todo lo difícil (eso era lo difícil, sí, así que imaginaos la parte fácil… bueno, no la imaginéis porque viene a continuación). Ahora sólo nos queda ejecutar el Scumm y configurarlo.
Bueno, tras ejecutar el programa os llevará a una consola para seleccionar juego e iniciar. Sólo tenéis que pulsar Add Game y buscar el directorio donde está el .exe del juego (el que deberías haber creado en el paso uno). Una vez seleccionado el juego pulsamos «Choose».
Ahora nos saldrá una pantalla con varias pestañas para configurar el juego. En la primera (GAME) podemos configurar lo más básico, como con qué nombre aparecerá en el menú, en qué plataforma se ejecuta (normalmente suele ser DOS) o el idioma. En la pestaña PATHS podéis elegir la ruta para las partidas guardadas (directorio que también hemos creado en el paso uno). El resto son la configuración gráfica y de sonido. A mi siempre me ha funcionado bien a la primera, así que primero probad, y si va bien pues sin problema. Si tenéis algún conflicto de sonido o gráficos ya tenéis que trastear por ahí, pero si habéis configurado alguna vez las opciones de sonido y gráficas de un viejo juego de MS-DOS no deberíais tener ningún problema.
Y así ya está instalado ScummVM en vuestro sistema. Si tenéis los juegos originales podéis desempolvar el viejo cd y jugar, por cierto. Y si no, a buscarse la vida toca.