Ayer hablaba en Twitter sobre lo infravalorado que parece estar Damian Lillard que este año, en las segunda ronda de votaciones para el All-Star, aparecía octavo entre los exteriores del oeste por detrás de Lonzo Ball a pesar de promediar 25 puntos, 6.5 asistencias y 4.8 rebotes. El año pasado se quedo fuera del All-Star y de los quintetos NBA con unos números de 27 puntos, 5.9 asistencias y 4.9 rebotes.
Darle vueltas a si algún jugador con esos números se quedó alguna vez fuera del partido de las estrellas me llevó a divagar con otras cuestiones y se me ocurrió ¿cual sería el mejor quinteto histórico posible formado por jugadores que nunca pisaran un All-Star? No es el caso de Lillard, que ya lo disputó en dos ocasiones, y además no he querido incluir jugadores activos ya que es posible que muchos lo disputen alguna vez a lo largo de su carrera. Tras un rato pensando, esta es mi selección:
- Rod Strickland: El número 19 del draft de 1988 tuvo un comienzo irregular en los Knicks, pero tras ser traspasado a San Antonio mediada su segunda campaña comenzó a rendir a gran nivel. Se mantuvo 17 temporadas en activo promediando 13.2 puntos, 7.3 asistencias y 1.5 robos, pero durante sus mejores años, su prime, sus números eran de 16.4 puntos, 8.9 asistencias y 1.8 robos. Con 31 años, en 1998, lideró la NBA en asistencias cuando jugaba en Washington, promediando unas nada despreciables 10.5 por partido y superando los 17 puntos también de media, pero a pesar de eso jamás fue nominado para jugar un All-Star.
- Jalen Rose: Uno de los míticos Fab-Five de la universidad de Michigan, jugó 13 temporadas en la NBA promediando 14.3 puntos, 3.5 rebotes y 3.8 asistencias. Sus inicios fueron duros con pocos minutos en Denver y en su inicio en Indiana, siendo un jugador de explosión tardía que hasta los 26 años no comenzaría a destacar como profesional, ganando a los 27 el premio al jugador más mejorado de la NBA. En su prime llegó a promediar 18.5 puntos, 4.2 rebotes y 4.2 asistencias y su envergadura le permitiría defender varias posiciones exteriores, pudiendo intercalar momentos como base, escolta o alero.
- Toni Kukoč: La Pantera Rosa tuvo la suerte de estar siempre bien rodeado y así consiguió ganarlo todo (le faltó el Oro Olímpico, pero puede consolarse con dos platas). A lo largo de su carrera el alero croata formó parte de varios equipos de leyenda: lideró a la Jugoplastika que dominó el basket europeo a finales de los 80, formó parte de la última selección de la Yugoslavia socialista que apabulló en el mundial de 1990 y durante su periplo NBA fue parte de los Bulls del 72-10 y del segundo threepeat. Se retiró con unos números de 11.6 puntos, 4.2 rebotes y 3.7 asistencias, coronándose en 1996 también como mejor sexto hombre. Si tomamos los datos de su prime se iría a 14.1 puntos, 4.8 rebotes. 4.2 asistencias y 1 robo en menos de 30 minutos, casi siempre saliendo del banquillo.
- Lamar Odom: Ensombrecido por la sordidez que le ha perseguido en los últimos años, con presencias tóxicas como la de ese oscuro personaje que parece ser su padre, ausente durante muchos años en su vida pero reaparecido cuando el chico empezó a ganar millones en la NBA, o el séquito de la familia Kardashian con todo lo que ese famoseo cutre implica, que sumadas a la inestable cabeza de este jugador, que ya había tenido problemas con las drogas previamente, acabaron cortando su carrera prematuramente y casi su vida. Algunos chavales piensan en él como «ese ex jugador que casi se muere en un sórdido burdel de una sobredosis«, obviando sus dos anillos con los Lakers, su premio a mejor sexto hombre en 2011, su bronce Olímpico en 2004 o su oro en el Mundobasket 2010. Se mantuvo 14 temporadas con promedios de 13.3 puntos, 8.4 rebotes y 3.7 asistencias, y en su prime andaba por los 14.6 puntos, 8.9 rebotes y 4 asistencias, y siempre remodelando su juego: de point-forward en sus inicios en aquellos Clippers que tanto prometían a cuatro de gran movilidad en Miami y Lakers y finalmente a chico para todo de Phil Jackson, saltando desde el banquillo para realizar diversas funciones.
- Arvydas Sabonis: Cuentan que cuando Sabonis decidió finalmente recalar en Portland el general manager del equipo pidió opinió al médico de la plantilla, y que este le contestó que con la cantidad de lesiones que mostraban sus radiografías podría solicitar la plaza de parking para personas discapacitadas en el aparcamiento del pabellón. A pesar de eso decidieron ficharle y en poco tiempo se convertiría en un favorito de la grada gracias no solo a su gran juego sino también a su carisma. Con 31 años debutaba en la NBA y acabó segundo en las votaciones para novato del año y para mejor sexto hombre. Las lesiones limitaban sus minutos en cancha pero, a pesar de eso, se retiraría con unos números de 12 puntos, 7.3 rebotes, 2.1 asistencias y 1.1 tapones. En este caso hablar de su prime es complejo, ya que llegó a la NBA cuando este había pasado, pero si tomamos los datos de sus cinco primeras campañas allí los números se irían a 13.7 puntos, 8.4 rebotes, 2.2 asistencias y 1.2 tapones. Clyde Drexler pensaba que si Sabonis hubiera saltado a la NBA en el ’89, cuando le permitieron jugar fuera de la URSS, aquellos Blazers habrían logrado ser una dinastía con varios anillos. La carrera del lituano siempre tendrá esa incógnita, ese «¿y si…?«, ¿y si las lesiones no hubieran recortado tanto su movilidad?,¿y si hubiera dado el salto directo a Portland sin la escala en Valladolid y Madrid? Todo son conjeturas, claro.
Hoy por hoy este sería mi contento. He querido incluir solo jugadores a los que pude ver jugar bastante, por lo que dada mi edad la cosa va de mediados de los 90 en adelante. En el tintero se quedaron algunos como Marcus «Samurai» Camby, Ron Harper o Brent Barry que bien podrían haber entrado en la lista ¿Cual sería vuestro quinteto de jugadores que nunca llegaran a ser All-Star?