Esta semana en el Bandcamp de la Quincena empuñamos la flamígera espada del metal (aunque algún personaje me retire el derecho divino a blandirla) y nos vamos a Austin, Texas.
Desde tierras americanas nos llega esta banda de metal épico cuyo nombre hace referencia a un concepto de la obra de Michael Moorcock: El Campeón Eterno, un personaje multiplanar encargado de mantener el balance entre la Ley y el Caos: Elric de Melniboné, Dorian Hawkmoon o Jerry Cornelius.
Con una portada imitando el estilo del Conan de Frazetta y haciendo la banda referencia a la obra de Michael Moorcock uno podría fácilmente pensar que se trata de un grupo de metal épico americano. Todo parece indicar eso, sin dudas. Y por una vez todo es lo que parece. A través de ocho temas, dos de ellos instrumentales, en los que prima el riff grandilocuente, el estribillo coral y el medio tiempo épico los Eternal Champion nos desgranan en la literatura de las canciones escenas épicas inspiradas por los referentes del género de espada y brujería o hasta de horror cósmico. No nos engañemos, abunda el tópico y el cliché, pero es que si no lo hiciera perdería mucha de su gracia.
El no iniciado en los terrenos del metal americano indefectiblemente pensaría en Manowar al ver la portada, pero una primera oída nos aleja del sonido de los guerreros de DeMaio y nos acerca a otros grupos menos conocidos en el mundillo metalero mainstream: la voz, hay que reconocer que no demasiado potente a pesar de tener un tono bonito y estar bien afinada, me lleva a pensar en los míticos Warlord. También recuerda mucho al sonido de los discos que los Burning Starr de Jack Starr publicaron en los dosmiles, tanto la voz como la parte instrumental. La influencia de Virgin Steele, aunque sin el barroquismo barbárico de las huestes de DeFeiss, también se aprecia. Y otros nombres del metal americano como Jag Panzer, los geniales a la par que efímeros Ballistic o los nunca bien ponderados Cage seguramente ejercieron su influencia sobre esta banda. Y claro, los grititos agudos del primer tema, I am the Hammer, parecen un directo homenaje a los Savatage de Hall of the Mountain King.
The Armor of Ire, el primer LP de esta joven banda (fundada en 2012), no es un trabajo memorable que te vaya a cambiar la vida, pero sí un disco bien ejecutado y muy disfrutable para los seguidores de ese genero metalero épico. Y temas como Sing a last song of Valdese, I Am the Hammer o Invoker piden ser coreados con el puño el alto. Metal de gran pureza, sin alear.