Tras muchas entradas seguidas sobre informáticas, tocaba volver al rock and roll y al a sección Joyas Musicales, que empieza a estar un poco abandonada. Hoy toca hablar de un must hear de principios de los dosmiles: Burn The Sun, de los Ark (me pregunto si el parecido con el título de un disco de ELF será casual). Un trabajo publicado por InsideOut music allá por 2001 y que en su día me repasé a conciencia.
No eran unos neófitos estos Ark en este su segundo disco. Todos eran músicos con una trayectoria más o menos dilatada, con un núcleo duro formado por el guitarrista Tore Østby (ex Conception), el baterista John Macaluso (trotamundos que había tocado en Powermad, Riot, TNT y por aquel entonces lo hacía con Yngwie) y el vocalista Jørn Lande (hasta aquel entonces había militado en Vagabond y The Snakes, y en esa época se convirtió en uno de los vocalista de moda en el metal/hard rock europeo). Junto a ellos dos invitados de lujo para completar la formación: el virtuoso bajista Randy Coven (Steve Vai, Leslie West, Yngwie Malmsteen, Holy Mother y profesor en Berklee) y el teclista Mats Olausson (Talisman, Yngwie Malmsteen). Lo dicho antes, una formación de músicos ya experimentados.
En aquella época el progresivo comenzaba a ser la tendencia del momento dentro del metal melódico, y bandas como Dream Theater y Symphony X se convertían en las más populares del estilo. Podría parecer que Ark eran una superbanda creada ad-hoc para subirse al carro de la moda y hacer caja… pero para nada. Su primer disco además de un sólido experimento era la continuación lógica de los Conception de Østby.
El sonido de Ark combina un montón de influencias: en la base rítmica verás que han escuchado mucho Rush, hay pasajes ambientales heredados de King Crimson o los Led Zeppelin más experimentales, vocalmente las influencias metaleras de Dio y Coverdale en Lande se mezclan con pasajes más propios de Bjørk o armonías al estilo de Queen. En general es como si Neil Peart y David Coverdale intentaran componer el No Quarter de Led Zeppelin juntos.
El disco se abre con el temazo Heal the Waters, contundencia metalera donde los arreglos virtuosos no se pelean con las buenas melodías. El disco es oscuro, pero no cae en la falta de matices que suele llevar asociada esta etiqueta. Por así decirlo, oscuro en este caso no es negro sino más bien una enorme escala de grises que recorren con suma precisión. Torn, en cambio, se muestra como una canción ambiental con un impresionante trabajo bajístico de Coven en primer plano, tono ambiental que también escucharás en Walking Hour. En Absolute Zero o Noose en cambio es Jørn quien destaca explorando todo tipo de tesituras con su voz, pasando de sus adorados clásicos del hard rock/metal (Dio/Plant/Coverdale) a cosas que recuerdan a Bjørk. Feed The Fire y I Bleed se alejan del corte más experimental y complejo del disco y se acercan a un rock duro más standar mientras que la pausada Resurrection o el tema título Burn the Sun se internan sin rubor en el metal progresivo más standar.
Y para el final me dejo dos piezas que merecen mención propia. La primera es el tema que cierra el disco, Missing you, una emotiva balada para lucimiento de Jørn que va creciendo en intensidad. La segunda, Just a Little, es una magistral pieza que bien podría haber sido firmada por los Queen más inspirados: jugando con una mezcla de jazz y flamenco en su inicio va derivando hace un tema de rock suave con unos impresionantes arreglos en la base rítmica y con un duelo guitarra/teclado digno de la elegancia de unos Purple de los 70.
Resumen general: Si no lo has escuchado hazlo ya. Jørn Lande hizo el mejor trabajo vocal de su carrera (junto a su colaboración en el Nostradamus de Kotzev, del que también os hablaré algún día). No es el típico disco de prog-metal de la época, es una intemporal obra maestra que puede medirse a los grandes del progresivo de los 70 sin despeinarse. Una lástima que el proyecto no tuviera continuidad después de esto.