Dos conceptos antagónicos se enfrentan. La vieja dinastía que ganó 4 anillos entre 1999 y 2007 y los vigentes campeones. El atlético y millonario Big Three formado por LeBron-Wade-Bosh contra la veterana tríada Duncan-Ginobili-Parker en la que reinan los fundamentos y la veteranía. El superequipo montado a golpe de talonario para atraer a agentes libres contra la plantilla construida a base de sabias elecciones en el draft (recordemos que Parker fue el número 28 y que Ginobili no entró ni en primera ronda). Y a nivel individual un jugador que aspira al status de leyenda como LeBron contra uno que lo ha logrado estando todavía en activo: Tim Duncan, el mejor ala-pivot de la historia.

En el oeste los favoritos eran los estelares Lakers, que el primer mes se quitaron esa etiqueta para cambiarla por la de estrellados, y los poderosos Thunder de Oklahoma, que sin Westbrook fueron menos atronadores. En el este se cumplió la predicción y Miami alcanzó la final. Repasemos los caminos de ambos equipos:
- Miami: Los Heat comenzaron por la vía rápida deshaciéndose de unos Bucks que jamás dieron muestras de tener alguna posibilidad. Tras eso se dejaron sorprender por Chicago en el primer partido, pero se repusieron sin problema para imponerse por un 4-1. La final de conferencia contra los Pacers acabó por ser una maratón a siete partidos, donde el juego interior y físico de los de Indiana obligó a los de Florida a sudar y sufrir en una serie marcada por el trash talking y el enfrentamiento a cara de perro. Balance final: 12-4
- San Antonio: Los mermados Lakers fueron la primera parada de los Spurs e hicieron leña del árbol caído con un 4-0. Luego el equipo revelación, los Warriors de Curry y Jackson, hizo un digno papel pero sucumbió por 4-2. No hubo mucha historia tampoco en la final de conferencia, ya que los Grizzlies pecaron de novatos y se comieron un sorprendente 4-0. Balance final: 12-2
Ambos equipos están cohesionados. Miami mantiene el bloque campeón de 2012, reforzando su banquillo con Chris Andersen para dar músculo a la zona y Ray Allen aportando tiro. A Rashard Lewis y Mike Miller nadie les espera, pero pueden aparecer un día y romper un partido porque a pesar de los años y las lesiones siguen siendo jugadores de enorme talento. Pero la chicha está entre los más habituales: De LeBron no se puede decir mucho más, es el MVP de la liga regular y en play-off está ejerciendo. Wade y Bosh parecen peor que otros años, sobre todo en playoff, pero siguen siendo dos all-stars. Chalmers silenciosamente se ha convertido en el base/director de esta orquesta (que poca dirección necesita) con Norris Cole de refresco, y la ración de estopa team la ponen Haslem y Battier, este último fundamental para la victoria Heat en las finales del año pasado con su excepcional trabajo secando a Harden.

Los Spurs son los Spurs de siempre. Duncan parece que se haya quitado 10 años de encima y los 37 no le han pesado nada, volviendo all star, al primer quinteto de la NBA y al segundo defensivo. Ginobili ha tenido un año con muchas lesiones, pero llega fino al tramo final de la temporada. Parker, un pelín más joven que los anteriores, está como nunca y se ha alzado como la nueva estrella de estos Spurs. Pero la fuerza de este equipo se encuentra en su rotación, en su largo banquillo y en un reparto de minutos ecuánime entre muchos jugadores. Porque no nos engañemos, el joven Kawhi Leonard es una perla que si no hace más números es por estar en una plantilla tan larga, igual que un Thiago Splitter que al fin se ha alzado con el puesto de titular. Hay muchos jugadores de enorme talento que además son consumados defensores o excelsos tiradores: Danny Green, Matt Bonner, Boris Diaw, Gary Neal… gente que puede hacer daño de muchas formas en ataque y que permite mantener siempre la frescura en defensa. Tenemos la incógnita de si dará protagonismo al irregular DaJuan Blair (Popovic no le ha dado mucha cancha en los PO las últimas temporadas), de si contará con Patty Mills y de si McGrady resurgirá de sus cenizas para una última noche mágica en la NBA. Pero San Antonio tiene LA plantilla.

Dos equipos tan versátiles generan muchas dudas en el desarrollo de la final. Miami querrá forzar el juego físico e intentará fulminar al contragolpe, y San Antonio supongo que buscará un juego más pausado, con el habitual estilo Popovich de jugar casi todo el cuarto lentos y apretar puntualmente para romper el ritmo al rival (en cada cuarto 9 minutos de sopor y tres de locura). Pero ambos equipos se mueven bien tanto en marcadores altos como con los bajos, y los Spurs podrían plantar cara aunque la velocidad se torne endiablada, como ya mostraron frente a Golden State. Está claro que Popovich, a pesar de que a veces haga cosas incomprensibles, es un entrenador muy listo y es complicado meterle en una trampa. La ventaja de campo juega a favor de Miami, pero a un equipo tan curtido como a los Spurs no les asusta jugar fuera. Por otra parte LeBron está más centrado que nunca y parece imparable, individualmente no veo a nadie en los Spurs que pueda detenerle, pero no pasa lo mismo con el resto de la plantilla. Si Bosh y Wade siguen en sus números de PO (12-6 el primero y 14-5-5 el segundo) el título caerá del lado tejano. Miami necesita a todas sus estrellas.

Mi pronóstico… con el corazón 4-2 para los Spurs, con la cabeza y las estadísticas en la mano… 4-2 para los Spurs.