El Bandcamp de la Quincena: Priest – New Flesh.

Este frío fin de semana nos vamos a tierras todavía más frías, a Suecia para degustar una pieza de pop oscuro de escuela ochentera:

Este New Flesh está siendo objeto de debates controvertidos: alabado por algunos y despedazado otros. Hay una cosa que nunca entendí de la llamada prensa metalera, y es la manía de ponerse a reseñar discos cuya estilo queda fuera del campo estilístico en el que se centran pero de los que hablan porque en ellos participan músicos con un pasado ligado a esos géneros. Siempre me pregunté por qué revistas como Kerrang o Heavy Rock comentaban los discos de Blackmore’s Night si jamás lo harían con Pentangle o Fairport Convention. Y lo peor es que generalmente daban calificaciones bajas a esos discos por no encajar en los cánones metaleros. Pues eso está pasando con este debut de los Priest, muchas malas críticas provienen de gente que no dice que el disco sea malo sino que simplemente no es un disco metalero. ¿Por qué tendría que serlo? Según ellos, porque es un proyecto del ex-miembro de Ghost conocido como Alpha y donde, además, colabora también el teclista Airghoul.

Priest

Pues no, puede que en Priest haya ex-miembros de Ghost pero musicalmente están muy lejos. Aunque este disco podría explicar la selección de temas para el EP Popestar, puesto que el sonido apuesta más por un pop ochentero oscuro y cargado de sintetizadores, muy en la línea de aquellos Dead Soul que habían acompañado a los Ghost como teloneros en su gira europea de 2015.

Priest 2

Entre el synthwave y el darkwave, Priest continúan explotando la pasión por lo ochentero de los suecos desarrollando un sonido que encajaría perfectamente en un club de Gotemburgo a mediados de los 80 o en una fiesta con látigos y trajes de látex. Claro que ahí encajaría también muy bien la estética del propio grupo. Ya el medio tiempo cargado de sintetizadores y órganos que abre el disco, The Pit, deja claro hacia donde quiere moverse la banda. The Cross, Private Eye, la oscura y bailable Nightmare Hotel, la experimental Virus o la balada History in Black marcan otros puntos destacables de este disco donde no dejan de picar entre distintas tendencias electrónicas. ¿Depeche Mode? Deme cuarto y mitad ¿Eurythmics? ¿Pet Shop Boys? ¿Ultravox? Descárguemelos detrás, junto al galpón ¿Kraftwerk? Ok, hace falta un punto más serio ¿Sisters of Mercy? ¿Cruxshadows? Añaden unos gramos de oscuridad al sonido muy necesarios. El resultado en general es muy variado, desde piezas oscuras, pasando por canciones con arreglos minimalistas y llegando hasta temas muy radiables y catchy. Tal vez ese sea el mayor mérito del disco, lo variado que puede llegar a ser sin perder coherencia dentro de la onda del propio álbum.

¿Entonces vale la pena pergarles una oída a estos Priest? Pues si te gusta el palo synthwave o si eres de los que todavía dice «siniestro» en lugar de «gótico» seguro que sí, seguro que les sacas jugo. ¿Y si soy fan de Ghost? Pues ahí no te garantizo nada, aunque alguna influencia común hay, como es lógico, Priest poco tiene que ver musicalmente con ellos. Para mi, un disco notable que gustará a aquellos que no sientan repulsión hacia los sintetizadores y que conservan capítulos de Corrupción en Miami en VHS.

 

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