Como según twitter igual se acaba el mundo ya que Corea del Norte se han encabronado pues no me voy  ir a la tumba (o a la desintegración nuclear) sin rendir este merecido homenaje a Shaquille O’Neal.

Pero hoy no voy  a hablar de sus 4 anillos, sus 15 all stars, sus 3 MVP de las finales, sus 3 MVP del all star, su MVP de la liga regular o sus dos títulos de máximo anotador. No, Shaquille hizo una carrera digna del Hall of Fame pero no le amamos por eso. Seguramente le puedas meter entre los 10 pivots más importantes de la historia, pero los motivos para amar a Shaq están en su carisma.

Porque aunque el Gangnam Style esté muy de moda, Shaq a principios de los 90 ya inventó el Gañán Style (porque hay que ser gañán para escoñar así los tableros). Porque poca gente puede bailar breakdance pesando 160 kilos. Porque a pesar de que llegó a acabar a hostias con Barkley en medio de un partido ahora hasta se lleva bien con él y presentan un programa juntos. Porque su videojuego tenía cierta gracia (y era mejor que el de Jordan). Porque el Harlem Shaq mola más que el Harlem Shake. Porque nos arranca una sonrisa tanto con su videoblog Shaqtin’ a Fool y con su canal de youtube. Porque se hizo rapero a pesar de no tener talento para rimar y nos dejó algún videoclip chulo. Porque fue Steel, la versión cutre blackexploitation de Iron Man de la DC.  Porque salió en Jackass. Porque tirando tiros libres con los ojos vendados tiraba mejor que con ellos abiertos Porque participó en un show de pressing catch. Por esto, por esto, por esto,  por esto. En fin, en general por todo esto