Llevaba desde enero sin escribir, y la verdad es que no creo que la última publicación de blog pueda considerarse «escribir» como tal, ya que simplemente había pegado un enlace a una publicación en Instagram. La verdad es que estaba un poco perdido ¿Qué escribir aquí? De tebeos ya hablo en mis vídeos de Instagram, y parece que la gente prefiere verlo allí que leerlo aquí. De música hace tiempo que dejé de escribir, tampoco parece que haya mucha gente interesada en leer sobre ese tema en un mundo en el que puedes escuchar gratis casi cualquier disco en una plataforma, que además cuentan con algoritmos que te hacen recomendaciones en base a tus escuchas previas (claro que habría que ver cómo de neutrales son esos algoritmos y qué intereses puede haber en sesgarlos). Sobre temas relacionados con la informática, el campo profesional con el que me gano la vida, tampoco hay mucho que rascar ya: StackOverflow en Español me quitó muchas visitas, y las IA’s basadas en modelos de lenguaje se comieron otro tanto (habría que ver la calidad de las respuesta, pero en fin, el usuario sabrá… y ya verá qué hacer cuando no funcione un código que le ha regurgitado tres soluciones mezcladas sin criterio).
En fin, que no sabía muy bien sobre qué escribir, o sobre qué puede resultar interesante, así que me voy a centrar también en hablar de tebeos, pero aquí os voy a hablar sobre mi faceta como aspirante a guionista. Digo aspirante porque decir guionista, a día de hoy, me parece pretencioso, ya que a fin de cuentas no he publicado nada desde que estaba en el instituto, y de aquellos fanzines hace más de 20 años. El año pasado presenté un tebeo cortito para un concurso dibujado por una amiga, pero no fuimos seleccionados y ahora estoy en la búsqueda de colaboradores. Os lo iré contando poco a poco, pero de momento por aquí empiezo, por redefinir de nuevo este blog, que lleva 14 años muriendo y resucitando. No creo que vuelvan los días de gloria de tener 2000 visitas al día, pero creo que vale la pena intentarlo, al menos para incluir un poco de contenido «real» en este internet que cada día la «teoría del internet muerto» parezca menos conspirativa y más real.